Pese a que su presencia en la final de la Liga de Campeones estuvo en la cuerda floja a causa de la denuncia por presuntos insultos racistas al madridista Marcelo en semifinales, el jugador azulgrana Sergio Busquets considera que no tiene "nada que demostrar" en la final de Wembley.

"No tengo ninguna rabia. Es un partido como cualquier otro y saldré igual de concentrado. Lo demás está todo al margen", asegura Busquets a pocos días del partido que le enfrentará al Manchester United para coronarse como mejor equipo europeo.

Mediocentro defensivo titular del Barcelona en las últimas dos temporadas, surgido de la fábrica de talentos azulgrana y jugador clave en la victoria de la selección española en el Mundial de África, Busquets se vio bajo los focos mediáticos al ser acusado por el Real Madrid por presuntos insultos racistas.

Sin embargo, el jugador catalán negó en círculos privados haber insultado al madridista, una posición que acabó aceptando la UEFA, al considerar que no se podía demostrar que la grave acusación del club blanco fuera cierta.

Pero el jugador ya había sido tildado públicamente de racista desde muchos sectores, que exigieron una sanción ejemplar para el azulgrana. Incluso el técnico madridista, José Mourinho, volvía a dejar un recado al Barcelona al recordar, hace unos días, que "juego limpio, respeto al adversario y tarjeta roja al racismo no deben ser solo palabras".

"No hay que demostrar nada", recalca Sergio Busquets, que a sus 22 años va camino de alzar su segunda Champions. "No es especial ganar esta final por eso (por la denuncia). Especial es ganar muchos títulos y, en este caso, la segunda Liga de Campeones. Especial es ganar el Mundial, la Liga, todo".

Y del mismo modo que rehuye de las críticas, también de los elogios, como los que en su día recibió del seleccionados Vicente Del Bosque.

"Soy un jugador de equipo que intenta trabajar para el equipo, pero que ni soy popular, ni mucho menos. Aquí todos los jugadores nos sentimos importantes. Sin mis compañeros no podría hacer nada", admite.

Asimismo, Sergio se muestra "orgulloso" de poder ser quizá el jugador más joven de los once que salten al césped de Wembley, "Quiero disfrutar de la final y, como ha dicho el míster, puede que sea la última. Aunque está claro que somos jóvenes y nunca se sabe".

Igual de generoso hacia sus compañeros se muestra en las referencias a su rival: "Me llama la atención el Manchester en general. Línea por línea son grandísimos jugadores, porque estamos hablando de un equipo que últimamente ha llegado a muchas finales y tiene un gran conjunto", reconoce. "Es imposible quedarte con uno".

En todo caso, el día 28 tendrá la oportunidad de enfrentarse a ellos en Londres y poderse sacar la espina clavada por las criticas individuales y al equipo en conjunto. "Después de un año tan duro, lo tenemos tan solo a un partido", sentencia.