Nino confirmó ayer que no seguirá en el Tenerife. Que el club pudiera mantener en su plantilla de Segunda B a su jugador franquicia era casi una utopía. Pero la falta de noticias había originado un movimiento solicitando que no se marchara del que nació la esperanza de que no acabara la relación entre el jugador y el club. No era más que una falsa ilusión. El sábado ante la Ponferradina el punta que más goles ha conseguido en cuatro campañas en la historia del Tenerife -ha hecho 78 y, aunque Julio, el pichichi de la entidad, tiene 107, los consiguió en el doble de campañas- se despedirá de su afición, con la que ha creado una conexión casi mágica. "Lo que he vivido y sentido con el Tenerife lo recordaré para siempre. En los cuatro años que llevo aquí me han tratado espectacular. He defendido la camiseta a muerte y he dado todo lo que he podido. Es una desgracia marcharse en estas circunstancias. Sé que hay gente que me quiere y recuerdo lo que he sentido día a día en el estadio. Eso es muy importante para un futbolista", admitió ayer. A Nino le emociona hablar de la hinchada del Tenerife. Nunca se cansa de agradecerle el apoyo que le han brindado. Él, que no se ha perdido ni un solo partido de competición oficial en el Heliodoro desde que llegó, revelaba: "El primer día que lo pisé, noté algo especial y diferente y sentí que serían temporadas muy especiales para mí y así han sido. Siempre que he jugado en el estadio ha sido espectacular". Nino no es dado a expresar emociones fuera del terreno de juego. Quizá por eso le costó especificar que lo más especial del encuentro ante la Ponferradina será el hecho de que para la mayor parte de los futbolistas, él incluido, será el último que disputen en el Rodríguez López con la camiseta blanquiazul. "Siendo realista es complicado que siga el año que viene. Posiblemente sea mi despedida porque termina la temporada, las cosas no han ido como tenían que ir y tiene que haber cambios", fue lo único que dijo al respecto. Más tarde dejaría claro que su marcha es inevitable y que le duele hacerlo dejando al Tenerife en la categoría de bronce del fútbol español. "Hace un año renovaba el contrato para estar tranquilo, hacer buenas cosas y volver a Primera lo antes posible y te encuentras otro descenso a Segunda B. Es un palo muy grande para todos: familia, afición... Por encima de todo siento una pena importante", reconoció.

Nino se irá del Tenerife por la puerta grande, después de haberse convertido en un ídolo para la afición por los logros que se ha ganado en el terreno de juego, a lo que añade su calidad como persona. Hace semanas que públicamente dejó claro que sería benévolo en la negociación para rescindir su contrato, que fue renovado por tres temporadas hace poco más de un año. Y no ha cambiado de opinión: "Gracias a Dios, con más o con menos tengo para vivir. Mi intención es disfrutar, estar tranquilo y que mi familia esté a gusto. Y no hago daño en ningún momento donde se me ha tratado bien. Soy persona por encima de cualquier cosa. Hay que hablar y llegar a un acuerdo para que los dos lados queden de la mejor manera", aseguró.

Lo único que impide en estos momentos confirmar definitivamente que el de Vera dejará el Tenerife es la falta de un acuerdo con alguno de los clubes que lo pretenden y con el Tenerife. El delantero está esperando a que acabe la Liga, el próximo 5 de junio, para iniciar tal negociación. Sabe que no le faltarán equipos a los que marcharse. De hecho, "hay varios" que ya le han hecho llegar su interés por ficharlo, entre los que no está el Elche, recalcó, descartando así los rumores que hablaban de que "todo está hecho" para su regreso al club en el que debutó en Segunda. En cuanto se concrete este extremo, su desvinculación será inminente, pues "en los pocos contactos que ha habido" entre él y la entidad isleña han descartado la posibilidad de pactar una cesión para recuperarlo el próximo curso. "Se ha hablado de varias situaciones, pero creo que si salgo del club lo haré definitivamente", concretó.