David Amaral garantiza que el Tenerife luchará hasta el final de la Liga. No concibe una actitud diferente por parte de un grupo de profesionales. Además, las escasas opciones que le quedan al equipo de evitar el descenso le invitan a plantearse soluciones alternativas como esperar que algún club que se gane en el campo el derecho a jugar en Segunda División baje por deudas. Pero claro, sabe que "si no hay resultados, es difícil convencer a los aficionados, a los accionistas, a los medios y a los propios jugadores".

Tan realista como en la rueda de prensa que dio tras la derrota con el Huesca, hace nueve días, el entrenador admitió ayer, minutos después de que el Tenerife cayera ante el Alcorcón, que "lo tenemos crudo", pero también advirtió de que "no estamos muertos". Amaral teme que la tendencia del representativo no variará si no se rompe la mala racha. Por eso no se desgasta haciendo números. "No podemos hablar de conseguir cinco victorias cuando no hemos roto la dinámica", apuntó el preparador ariquense, reacio a vender humo. "Podemos ilusionar, engañar y decir cosas a la gente, pero este no es el caso. Si no hay resultados, a ver a quién convencemos".

La receta para combatir la profunda crisis deportiva del Tenerife consiste, a juicio de David, en "trabajar y levantarnos poco a poco con la ayuda de todos". En ese aspecto, considera que los futbolistas deben ser los receptores del mayor respaldo, ya que cada jugador del Tenerife "es como un cojito al que le prestas las muletas y también le tienes que ayudar. Tenemos que ser el punto de apoyo de los futbolistas para intentar competir dignamente".

Esa voluntad nace de "muchas ra-zones" que obligan al Tenerife a no dejar de luchar. Amaral encuentra tres motivos de peso para pelear: "Porque somos profesionales, porque hay que intentarlo mientras existan posibilidades y porque puede pasar cualquier cosa a nivel administrativo y a lo mejor te quedas sin recibir un premio por bajar los brazos o tener dejadez".

Son las reflexiones que compartió el técnico después de una "dura" derrota en un partido en el que el Tenerife "intentó salir adelante por todos los medios" e hizo las cosas "medianamente bien", pero se vio condicionado por "los castigos" que se acumulan "cuando estás en una dinámica de este tipo". Amaral declaró que "el equipo hizo lo que debía" y explicó la conducta conservadora de los jugadores en la recta final del choque comentando que "es normal que el rival se vaya hacia arriba y que nosotros nos metiéramos atrás. No es que uno quiera, sino que el contrario te obliga, pero con todo esto las ocasiones de gol del Alcorcón fueron por despistes nuestros".

En cuanto al penalty cometido por Kitoko, el entrenador confesó que no vio la mano del congoleño con claridad y que no había "nada que objetar", pero sí le trasladó al árbitro su queja por entender que la jugada tuvo su origen en una falta previa "que no fue".

Por último, al ser preguntado por el estado de ánimo del equipo, David contó que "es normal que la gente esté desmoralizada porque haces un buen partido, te entregas y el resultado es negativo, pero hay que seguir adelante y esto todavía no ha terminado".