Fue una mañana de contrastes, de ésas que hacen grande el fútbol. Se enfrentaban dos equipos con objetivos distintos en agosto y que ahora pelean por los opuestos. Es el equipo humilde, de presupuesto reducido, pero dinámica positiva que inflado por la confianza va ganando partidos y acercándose a su objetivo. Enfrente, el "rico" que viene de Primera y al que su exceso de autoestima primero, la presión de los malos resultados después y la falta de fe en su capacidad al final le conducen al abismo de la Segunda B. Pocas veces veremos retratadas tan bien y tan de cerca la grandeza y la miseria de este deporte.

No obstante, el Tenerife fue un equipo más reconocible en el Municipal de Santo Domingo. Y no tanto por los hombres que eligió David Amaral para el once, puesto que sí había novedades como la presencia de Melli en el lateral derecho o el propio dibujo táctico (4-1-4-1). Fue más bien por la idea de tener el balón y querer llegar al área rival combinando. Recuperando su mejor versión. De hecho, dio el primer susto en una internada de Omar por la izquierda, cuyo pase atrás remató Hidalgo y despejó a córner, no sin apuros, Manu Herrera (2''). Con la posesión para los visitantes, los de Anquela se limitaron a esperar algún error de su rival para asustar a Sergio.

De un desajuste entre Melli y Sicilia salió favorecido Montañés, que se metió hasta la cocina, pero no encontró rematador (17''). Respondió rápido la escuadra insular con otra internada del activo Omar Ramos, que, en esta ocasión, se la jugó y disparó demasiado cruzado (18''). Había en el partido más ocasiones que fútbol y así siguió por el escaso peso de los creadores (Sergio Mora y Ricardo) en el juego de sus equipos. Los errores en las entregas propiciaron un contragolpe dos contra dos para los de Amaral, que no resolvieron bien Ricardo y Nino (26''). Casi a continuación, fue Pablo Sicilia el que regaló un balón a Montañés, el mejor de los alfareros, que culminó Quini con un acrobático, pero poco efectivo, remate a puerta (29'').

Durante toda la primera parte, los visitantes estuvieron mejor situados sobre el terreno de juego y, únicamente, su natural tendencia al error daba esperanzas a un incómodo Alcorcón. Pero la cantidad de llegadas permitía pensar que algo podía pasar. Ángel pudo poner a su equipo por delante, pero se encontró con Sergio Aragoneses (39''). Tres minutos más tarde, un córner sacado por Omar iba a propiciar el 0-1. Rueda despejó hacia atrás y Nino, libre de marca, empalmó una volea imparable para Manu. Por fin, el Tenerife lograba ponerse por delante. Y como quedaba poco, el primer objetivo era llegar al descanso con ese resultado. Pero cuando no es una cosa, es la otra. Esta vez fue Amoedo Chas el que le echó una mano al Alcorcón. O más bien aprovechó una mano de Kitoko para señalar un más que discutible penalty que Quini usó para devolver las tablas al marcador (45''). Como en Tarragona, los blanquiazules se adelantaron y recibieron el empate antes del receso.

Pero esta vez lograron mantenerse en pie. Lo hicieron en ese primer tramo de la segunda parte gracias a Julio Álvarez. Incorporado al terreno de juego en lugar de Omar, el medio se ubicó en la banda izquierda. Desde allí, pidió el balón, se fue al centro e hizo jugar a su equipo durante 15 minutos de su mejor versión, de la que ha enseñado a cuentagotas durante esta temporada. En una de sus apariciones, combinó con Hidalgo, que le devolvió la pelota, y se sacó un pase de la chistera a la espalda de la defensa, que aprovechó muy bien Iriome (55'') para superar a Manu.

Con el paso de los minutos, al Alcorcón solo le quedaba la épica y Anquela lo entendió. Dio entrada a Jeremy, Gerardo y David Sanz (todos de perfil ofensivo) para "empujar" al conjunto insular hacia su portería. Agobiados por la situación clasificatoria, los blanquiazules cayeron en la trampa de dar ese paso atrás en el campo que les permitiera defender el tesoro que poseían. La entrada de Mikel por Hidalgo la entendieron los jugadores como un guiño de aprobación de su técnico.

Consagrado a defender (lo que peor se le da), era cuestión de tiempo que llegara el error de alguno de sus futbolistas. Pero esta vez fue en cadena: a Bellvís le coge Montañés la espalda, Luna no llega a cerrar, Sicilia y Melli se olvidan del segundo palo... y Jeremy empuja a la red (77''). El 2-2 hundió al Tenerife. Subidos a la marea, los amarillos completaron su remontada con un disparo de Quini, al que dejó maniobrar Sicilia (84'').