La incertidumbre que envuelve al Tenerife por la posibilidad que no consiga permanecer en Segunda División impide que el club co-mience a sentar las bases del proyecto deportivo de la próxima temporada. El director deportivo de la entidad, Juan José Lorenzo, reconoció ayer que "la planificación en estas últimas cuatro semanas ha sufrido un parón, hasta ver hacia dónde nos encaminamos".

El responsable en materia de fichajes aclaró, en Radio El Día, que realmente "son los representantes de los jugadores los que no quieren dar un paso, y es normal, porque el Tenerife no es una opción fiable". Además, explicó que la diferencia de "estructura y presupuesto" que hay en los clubes de Segunda A y Segunda B son "muy grandes" y resulta complicado hacer planes "en paralelo".

Además, indicó que ningún futbolista de la plantilla blanquiazul tendrá derecho desligarse del club de manera unilateral si se produce el descenso de categoría, pues no hay cláusulas en los contratos que los liberen de sus obligaciones si el equipo está en Segunda B. Bajo esta condición, insistió en que "al terminar una Liga debes pensar en altas y bajas, y para empezar a hacerlo es importante saber en qué Liga vamos a competir y llevar a cabo una planificación ordenada. Ahora no habría una base sólida".

Tampoco está claro que Lorenzo vaya a ser el jefe del área deportiva del club a partir de junio, ya que su contrato tiene vigencia hasta ese mes, a no ser que el Tenerife logre la permanencia en Segunda y renueve su vínculo por tres años más, según el acuerdo que alcanzó con el presidente Miguel Concepción el pasado diciembre. Respecto a sus previsiones una vez finalice la temporada, Lorenzo no especificó si aceptaría continuar en el cargo en el caso de que el equipo descienda, principalmente porque no se plantea estar en Segunda B. "Hasta las doce de la noche del 30 de junio estoy a disposición del club, porque así lo dice mi contrato. Más allá de eso, respetaré todo lo que diga el presidente".

Asimismo, confesó que siente la frustración de comprobar que, de momento, las soluciones que ha aportado no han surtido el efecto deseado. "El Tenerife es un gran club, aunque ahora suene raro decirlo, y el sentimiento de frustración es mayor, porque te das cuenta de que estás en un sitio muy bueno y no eres capaz de darle la vuelta a una situación puntual".

Lorenzo se resiste a pensar que el Tenerife está condenado a bajar de categoría, pues sostiene que "hay mimbres suficientes para que, en un momento determinado, y ojalá sea este domingo, cambie la perspectiva de una temporada muy mala y el equipo de su medida real". De hecho, está seguro de que "si somos capaces de hacerlo, podemos salvarnos".

Lorenzo no oculta que "la situación es difícil", pero cree que aún es posible eludir el descenso. Para ello, considera que "el objetivo no tiene que consistir tanto en pensar en la salvación en la última jornada, sino en lograr engancharnos de verdad a la lucha, y eso se conseguiría con un par de victorias y un buen sprint final de Liga". En este sentido, admitió que "los más difíciles de convencer para que sigan creyendo y apoyando son los aficionados" y garantizó que "los jugadores lo darán todo hasta el último momento".

Precisamente, explicó que los futbolistas son los "primeros interesados" en dejar a cuatro rivales por detrás en la clasificación. "Lo que pasa es que el jugador no vive ajeno al entorno y también está desmoralizado y es normal, porque si no fuera así, no sentiría nada de lo que está pasando", agregó el vallisoletano para apuntar que a los blanquiazules les resulta "difícil ponerse delante de un micrófono y decir que nos vamos a salvar seguro, porque saben que el descenso es posible, y están peleando cada día por cambiar esa situación y por convencerse de que son capaces. Esa es una lucha muy difícil".

Por último, destacó la conveniencia de lograr el mejor puesto posible en la tabla, incluso en caso de descenso, para agotar la opción de sustituir a algún club que no siga en la categoría por impagos.