M INUTO 69: Kiko Ratón marca el 1-3. Los jugadores locales miran al césped, algunos aficionados se encaminan hacia los vomitorios para abandonar el Heliodoro y el Girona se ve ganador. El colista se había puesto por delante desarrollando un juego más que aceptable y, desde luego, mejor que el de su rival durante la primera media hora. Una acción aislada había descubierto sus carencias defensivas y le había recordado a los blanquiazules su ubicación en la tabla clasificatoria. El asunto dejó KO al Tenerife hasta el descanso y, cuatro minutos antes, le había caído el 1-2. "Peor imposible", debieron pensar muchos y hasta pensamos en la cabina de Radio El Día mientras tratábamos de analizar lo sucedido en 45 minutos increíbles. Pero no. Aún quedaban dos rocambolescas casualidades: la expulsión del portero en el primer minuto y el gol del único tinerfeño del rival, además de ese perfil de delantero del que carecía el cuadro insular.

Con más de 20 minutos por delante, algo cambió. Pudo ser la casta, la vergüenza torera, un ejercicio de responsabilidad o el dolor de verse perdiendo 1-3 en casa. El caso es que el Tenerife acabó empatando con dos goles de Nino, que hasta pudo marcar el cuarto justo al final. La remontada tiene algo de simbólico. Hasta en el protagonista. Porque se trata del jugador que más en pie se ha mantenido de un equipo a la deriva hasta hace cuatro días. Él señala hacia arriba. Y es hora de seguirle y creer que este equipo está vivo. Hay muchas razones: la actitud de la plantilla, que ha cambiado y demuestra una implicación fuera de toda duda (les falta ganar confianza, pero el paso adelante ya lo han dado); un cuerpo técnico que sí sabe lo que quiere y que toma decisiones, como en los tres cambios de ayer; y los fichajes que han llegado y llegarán hoy y deben ayudar a los que ya están. Ayer empezamos a verle cosas a Dubarbier, que entró en un momento complicado del partido y no desentonó. Sin ir más lejos, sacó el córner que acabó convirtiéndose en el empate a tres. Tiempo hay de sobra. Cuando gane, se verá todo de otra forma.