ASÍ SE ENTIENDE LA decisión tomada por el Isla de Tenerife Canarias en relación a la no continuidad de Rod Flemings en la disciplina del Club. Precisamente, una falta reiterada de disciplina, del jugador, ha sido el motivo de esta decisión.

Ya pasó en el mes de diciembre cuando el norteamericano, tras un permiso de la entidad para ir a visitar a un familiar en Estados Unidos, regresó más tarde de lo permitido; agravando el retraso con ausencia de noticias. Y ha vuelto a pasar esta última semana al no presentarse a los entrenamientos en la fecha establecida.

Permitir una situación como esta, lleva consigo el riesgo de intoxicar el buen ambiente de un grupo que, como tal, justifica su cohesión en una serie de normas marcadas desde un principio. La decisión, cuando menos, parecía obligada.

Ahora toca valorar el perfil del nuevo jugador. Decidir qué se necesita para afrontar el tramo final de la competición. Las prestaciones de Flemings en la pista fueron más valiosas cuando el guión le obligó a jugar de cuatro que cuando lo hizo en su posición más natural, de alero.

Su ubicación en la cancha nos deja la duda de saber si ha sido por sus cualidades o por las necesidades del equipo que no ha encontrado en Serrano y, de manera más preocupante, en Koshwal ese relevo para Chagoyen y Richi. Por tanto, y salvo que el club pudiese manejar otro cambio de jugador antes del cierre de mercado en el mes de febrero, nos va a quedar la duda de saber si el perfil del jugador elegido para sustituir a Rod será un alero o, por el contrario, sigue la preocupación en el juego interior y se busca a alguien con la polivalencia de, no solo poder jugar lejos del aro sino también de hacerlo de espaldas a la canasta.