SE ESPERABA con expectación el partido que iba a disputar el Isla de Tenerife Socas Canarias, ante el Murcia, en la última jornada de la Adecco Oro. Jornada, que significaba, por otra parte, el final de la primera vuelta de la competición.

El partido duró un cuarto. A partir del segundo acto, se evidenciaron las notables diferencias que hay entre una y otra plantilla. Murcia ha invertido mucho dinero para aspirar a un retorno inminente a la ACB. Las exigencias sobre un equipo y el otro son muy dispares pero los de Alejandro Martínez aspiraban a trabar el partido, fundamentado en el argumento de una racha muy positiva de cinco victorias consecutivas.

Sin embargo, los tinerfeños no encontraron fisuras en los visitantes por ningún lado. Desde la posición de base, Pedro Rivero marcó el control del encuentro y, con siete asistencias, se mostró por encima del nivel de juego ofrecido por los bases aurinegros. En el perímetro, Umeh y, de manera especial, Sergio Pérez desequilibraron el marcador con su acierto desde la línea de tres. Y, por si fuera poco, el trío interior formado por Faverani, Coppenrath y Morentín no dio opción a los pivots locales. La superioridad vino desde todos los puestos y los de Alejandro Martínez así lo reconocieron al término del encuentro.

Para mayores inconvenientes, varias actitudes de la pareja arbitral terminaron por distraer la poca concentración que le iba quedando a los tinerfeños. Al margen de posibles errores, en algunas decisiones, resulta difícil de digerir el presunto agravio comparativo, en el trato personal, que se le da a los deportistas en función del color de la camiseta o del nombre que tengan en la espalda de la misma. Una condición que siempre se espera en un juez es que, al margen de serlo, también lo parezca.

Ahora toca pensar en el partido del domingo ante el Baloncesto León. Otro compromiso difícil, pero necesario, al mismo tiempo, de resolverlo positivamente. Las cinco victorias del mes de diciembre se cimentaron en un trabajo defensivo muy serio, que posibilitó aumentar el ritmo en el juego ofensivo, encontrando, en la velocidad, situaciones de ventaja que iban reforzando la confianza para subir porcentajes en los lanzamientos exteriores.

Deberá ser esa la primera intención para afrontar el inicio de la segunda vuelta de la liga. Una competición en la que el objetivo del Isla de Tenerife, de alcanzar las eliminatorias de ascenso, sigue intacto.