extremadura 0

Vecindario 1

ExtremaduraTete; Samir, Carlos (Yepes, m. 67), Diego Rangel, Verdejo, Rodolfo (Inarejos, m. 62), Yeyo, Migui, Troiteiro, Rafa y Sabino.

VecindarioSanti; Roberto, Fran, Dani Achi, Eduardo, Rubén Coméndez, Néstor, Antonio (Saúl, m. 67), Ruymán, Yeray López (Álex Ventura, m. 12) y Rubén Quesada (Aythami, m. 85).

ÁrbitroChavet García (Andaluz). Amonestó a Verdejo, Sabino y Yepes, así como a los visitantes Néstor y Rubén Quesada.

Gol

0-1, m. 7: Rubén Quesada.

IncidenciasUnos 1.600 espectadores en el Francisco de la Hera.

El Vecindario había salido derrotado en sus seis últimos partidos a domicilio y llegaba en uno de sus peores momentos. Penúltimo en la tabla, sin su cuerpo técnico y sin varios jugadores habituales en el once y cargado de problemas económicos. Pues nada de eso fue óbice para que el equipo grancanario arrancase los tres puntos del Francisco de la Hera. Además consiguió hurgar en la herida de un rival directo, el Extremadura, al que tras doblegarle deja en una situación muy complicada para afrontar la segunda vuelta de campeonato.

Muy pronto, a los siete minutos, el Vecindario aprovechó la oportunidad que le brindó su rival para ponerse por delante en el marcador y con ello asestarle un golpe que le dejó noqueado para el resto del encuentro.

Fue Rubén Quesada el que supo aprovechar un balón suelto en el borde del área anticipándose a Diego Rangel. Al central almendralejense le faltó decisión y contundencia en su intento de despejar. Midió mal y permitió que el grancanario se plantase solo ante Tete, al que batió con comodidad.

Quedaba mucho tiempo por delante y el Vecindario seguía acumulando problemas al lesionarse su capitán Yeray López. Pero el gol le había dado alas.

Los nervios atenazaron al Extremadura, que se empeñaba en intentar circular el balón mostrándose cada vez más impreciso. Era incapaz de realizar una transición defensa-ataque en buenas condiciones, facilitando enormemente la tarea defensiva del Vecindario.

El tirón de orejas del público a sus jugadores tras los primeros cuarenta y cinco minutos suponía una clara llamada de atención en el intento de que cambiaran las cosas tras la reanudación, pero no fue así.