La plantilla del Isla de Tenerife Socas Canarias volvió en la tarde de ayer al trabajo. Lo hizo desde las 18:30 a las 20:30 horas. Los primeros 60 minutos estuvieron dedicados a la preparación física, haciendo uso del magnífico gimnasio ubicado en las entrañas del Pabellón Insular Santiago Martín. Tras sudar la camiseta, al parquet, donde el balón cobró protagonismo. Un golpe en una rodilla provocó la ausencia de Gansey.

Lo dijo Gonzalo García, entrenador del Melilla Baloncesto y es una verdad como un templo. Cuando se gana la semana de entrenamientos se vive de una manera distinta a si vienes de perder. El habitual buen ambiente que se respira en el seno aurinegro estaba ayer multiplicado por diez, máxime cuando esa luz comienza a verse más clara al final del oscuro túnel de las lesiones, enfermedades...

Lo único que le falta al grupo para que la alegría sea total tiene nombres y apellidos: Richy Guillén y Jaime Heras. Dos de los tres ausentes del trabajo en equipo se ejercitaron ayer en solitario, con el pívot trabajando con Eliseo Bento su dedo lesionado, a la espera de que el doctor Rodríguez-Jaubert le de la autorización para incorporarse. El que luce la camiseta con el "4" está deseando que llegue ese instante y así poder aportar ese valioso granito de arena para que el equipo termine de explotar.

No se quiere establecer fechas concretas, pero todo hace indicar que será mañana cuando Guillén pueda comenzar a ejercitarse con normalidad. Eso sí, debe tener mucha prudencia porque una recaída le puede mandar directamente al quirófano.

Indicar que el equipo repetirá hoy, mañana y el jueves el mismo guión y escenario, de cara a recibir el viernes al Leche Río Breogán (21:00 horas).

La imagen que el Isla de Tenerife Socas Canarias ofreció ante el Melilla ha elevado notablemente la ilusión a la hinchada, lo que invita a pensar en que las gradas del Santiago Martín pueden registrar una mejor asistencia el viernes, cuando venga el Breogán.