Una deficiente pretemporada, problemas físicos y la expulsión en el penúltimo partido de Liga han impedido que Julio Álvarez haya competido con regularidad en las nueve primeras jornadas. De he-cho, su todavía corta trayectoria en el Tenerife se reduce a 302 minutos repartidos en cinco participaciones, dos de ellas como titular.

Una vez superadas las vicisitudes del arranque del campeonato, la verdadera versión del futbolista procedente del Mallorca está más cerca de aparecer. Julio reveló que aprovechó su semana de arresto federativo para trabajar en doble turno y afinar su puesta a punto. "Me vino bastante bien, porque me hacía falta entrenar y también necesito competir, porque casi no lo he podido hacer hasta ahora y ya me toca tener continuidad".

Al respecto, aclaró que no tendrá problemas para adaptarse a la función que le encomiende Mandía, quien ya lo ha utilizado como interior derecho. Julio reveló ayer que el técnico le ha advertido que tendrá "libertad" para moverse por el campo y poder desarrollar así el fútbol que animó al club a ficharlo el pasado verano. "No soy el clásico extremo, porque no soy un jugador de recorrido", aclaró antes de añadir que Mandía le ha transmitido lo que espera de él, ya sea en un costado o en el centro del campo. "Me dijo que tengo libertad para moverme, porque ese es mi fútbol, el de asociarme, tener mucho control de la pelota, hacer daño al rival a la hora de atacar...".

Álvarez confía en poder ayudar a un Tenerife que con Mandía ha conseguido no ser presa fácil de los adversarios, pero al que le queda camino por recorrer. "Ahora falta manejar los partidos a nuestro antojo y llevarlos a nuestro terreno; desde defender muy bien para que no nos marquen tantos goles, a seguir atacando con más fluidez".

Desde su condición de futbolista veterano pidió a los aficionados que se pongan "en la piel de los jugadores", a los que les gustaría "ser los primeros y los mejores de la categoría, y eso hay que demostrarlo en el campo con hechos y no con palabras, así que los mensajes sobran. Hay que actuar, porque el equipo se entrena con intensidad y exigencia y está creciendo".

Por su parte procurará no cometer el mismo error que le costó su expulsión en el encuentro con el Numancia. Por un lado, reconoció que se equivocó por pedirle explicaciones al árbitro después de recibir la primera tarjeta amarilla y por otro señaló que el colegiado "mintió" en la redacción del acta. "Antes de venir a pitar sabía que el equipo local era el último y que iba a haber presión", apuntó sobre la actuación de Ontanaya López.