SI en Estados Unidos la cuna de la industria del automóvil es Detroit, en Inglaterra Coventry ostenta el mismo título. Es archisabido que desde esta ciudad inglesa han salido los mejores automóviles construidos en el Reino Unido, contándose entre ellos a los: Jaguar, Daimler, Riley, Humber, Armstrong-Siddeley, etc., así como motos y camiones del más alto prestigio.

Coventry se encuentra al noroeste de Inglaterra a unos 153 kilómetros de la capital del reino y por su marcado carácter industrial fue blanco de la Luftwaffe en el año 1940, quedando prácticamente derruida. A pesar de todo ello Coventry resurge de sus cenizas y en los años de post guerra vuelve a tomar el referente de la industria británica. Una de las marcas con más solera en dicha ciudad fue la Standard-Coventry establecida en 1903 y la única que toma como "apellido" la ciudad donde vio nacer a los automóviles del mismo nombre. La Standard estuvo representada en nuestra ciudad por el ilustre comerciante del ramo Matías Molina Hernández, convirtiéndose en el primer importador de ellos. Sus inicios datan del año 1934 y, no porque hayan llegado tarde al mercado insular, impide que su presencia en nuestro parque automovilístico sea escaso. La prueba de ello es que ejemplares de esta marca han logrado llegar a nuestros días y, por tanto, su presencia en los diferentes concursos permite que la llama de los Standar continúe flameando sobre el "piche".

Uno de los primeros ejemplares y que probablemente forma parte de esas primeras remesas realizadas por el respetado Molina Hernández, es el TF-5488, un sedán de luxe cuatro puertas con motor de 4 cilindros de 10 HP con caja de 4 velocidades y capacidad para viajar cinco pasajeros, con comodidad, y que fue reconocido el día 15 de noviembre de 1934 y matriculado el día 22 del mismo mes y año. Este ejemplar era el más alto de la gama dentro de la serie de 10 HP, al contar entre otras muchas novedades con techo corredizo, over drive, maleta, que aunque pequeña -ya que estaba casi en su totalidad destinada a ocultar la rueda de repuesto-, aún su espacio permitía aprovecharlo para portar otros elementos, circunstancia que no sucedía con los modelos de 9 HP que llevaban su rueda en el exterior. Otras de las características de los Standard-Coventry era la de pintarlos en bicolor, lo que sin lugar a dudas los hacía aún más atractivos y tentadores ante sus competidores.

Este ejemplar tras padecer mil y un avatares se sometió a una profunda restauración en el año 1978, lográndose recuperar y ponerle muchos elementos originales, gozando en la actualidad en un estado de preservación muy bueno. Dentro de la operación de restauración, incomprendida por muchos aficionados, está la preservación, siendo ésta muy interesante puesto que permite hacerse al público una idea de cómo funcionaban estos "fotingos" en sus años mozos. La simple contemplación de un "fotingo" bien preservado es mejor que la que nos ofrece un ejemplar impoluto, que no es otra cosa que aquel que ha rebasado la discreta y delicada raya de la restauración y que lo primero que nos preguntamos es, si alguna vez ha rodado o si fue así como salió de fábrica. Por desgracia son pocos los "fotingos" que en la actualidad presentan un buen estado de preservación y es agradable, cuando más de un viandante se acerca al mismo con extrema curiosidad para recrearse y comentar lo bien cuidado que está o el trato delicado que ha recibido durante sus años de uso y por los sucesivos propietarios. Gratifica cuando preguntan si ese ejemplar ha pertenecido a uno de tus antepasados, pues eso es síntoma de que hemos logrado trasladar su pensamiento a un pasado no muy lejano pero sí presente. Apreciemos y respetemos la preservación.