No fueron las grandes figuras las que salvaron a los Celtics de ponerse al borde de la eliminación sino los reservas, el alero Glen Davis y el base Nate Robinson, que superaron a las estrellas de Los Ángeles Lakers para que el equipo de Boston ganase 96-89 el cuarto partido de las Finales de la NBA.

Con el partido controlado por los Lakers, que llegaron al final del tercer periodo con un parcial favorable de 60-62, la decisión del entrenador de los Celtics, Doc Rivers, de sacar al campo a todos los reservas menos al escolta Ray Allen, fue la fórmula perfecta para que cambiase por completo la historia del encuentro. Davis, con 18 puntos se erigió en la figura de los Celtics que consiguieron empatar a 2-2 la serie.