La selección española regresó ayer al trabajo en la intimidad, con una sesión a puerta cerrada en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, alejada de la algarabía que ha acompañado todos los entrenamientos que ha desarrollado desde el inicio de la concentración.

Los internacionales españoles regresaron a la sede federativa tras gozar el viernes de descanso a la vuelta de Austria, donde completaron una semana de preparación con dos encuentros amistosos en Innsbruck, saldados con victorias ajustadas y en los compases finales, ante Arabia Saudí por 3-2 y contra Corea del Sur por 1-0.

Los jugadores de Vicente del Bosque quedaron concentrados ayer antes del almuerzo y por la tarde se ejercitaron a puerta cerrada, primera vez que lo hacen de esta manera, pues el resto de entrenamientos los han desarrollado con luz y taquígrafos.

El seleccionador español quería tener una sesión para él solo, sin bullicio, con la tranquilidad imprescindible para trabajar con calma y sin distracciones en esta penúltima fase de preparación antes de viajar a Sudáfrica.

Hasta ahora las gradas del campo central de la Ciudad del Fútbol se han abarrotado siempre por la animosa afición de la Roja, que no ha parado de mostrar su apoyo incondicional a Del Bosque y sus pupilos.

Otro cambio radical que ha vivido, o sufrido, la selección es el aspecto climatológico, puesto que ha cambiado la lluvia y el frío que la acompañó en Schruns, la localidad del valle de Montafon donde estuvo alojada, por el calor veraniego de los cerca de treinta grados de Las Rozas. España tendrá hoy doble sesión (9:30 y 18:00) antes de emprender viaje de nuevo mañana por la mañana con destino a Murcia, donde disputará el martes el último amistoso antes del Mundial, contra Polonia.