La ilusión de María José Martínez, reciente campeona del torneo de Roma, se diluyó minutos antes de su debut en Roland Garros, cuando la jugadora de Yecla (Murcia) sintió que sus cervicales se enganchaban y luego, sin saque y mermada para moverse, cayó ante la uzbeka Akgul Amanmuradova.

Como excelente doblista, María José basó su juego en la colocación de su servicio y luego en la volea. Rígida y con molestias, la vigésima favorita no pudo emplear su estrategia y bastante hizo con pelear hasta el final para ceder por 6-2 y 6-4, con una doble falta en el último punto.

"Vi que no tenía nada que hacer, pero aún así seguí en la pista e incluso tuve oportunidades de ganar el segundo set, en el que tuve bola de 4-2 y luego para el 5-4, pero estaba totalmente bloqueada", señaló. María José sólo pudo mantenerse en la línea de fondo y atraer allí de vez en cuando a su rival, 97 del mundo, a quien había vencido este año en la segunda ronda del Abierto de Australia, por 6-2 y 6-4.

Utilizó el truco de sacar de "cuchara", por debajo, como hizo en 1989 el estadounidense de origen chino Michael Chang ante el checo Ivan Lendl en este mismo estadio, pero tampoco pudo hacer mucho, aunque la uzbeka se sintió también nerviosa.

"Tenía mucha ilusión porque es un torneo muy importante y me voy con la espinita clavada", añadió la murciana, que, no obstante, quiere agotar sus posibilidades y apurar para intentar jugar el doble con Nuria Llagostera.

Eliminada la única cabeza de serie española, hoy, lunes, Carla Suárez debe decidir si compite o no este año. La grancanaria tiene como primer rival a Olga Govortsova, pero las previsiones no son demasiado buenas para la que fue cuartofinalista en 2008.

Carla se retiró lesionada a principios de mes en la segunda ronda del torneo de Fez ante la británica Anne Keothavong, con una rotura parcial del ligamento peroneo astragalino anterior y un esguince de grado 2 en el tobillo derecho.

Los otros dos españoles, Albert Montañés y Guillermo García López, no cedieron un set y se clasificaron para disputar la segunda ronda al vencer al italiano Stefano Galvani y al alemán Rainer Schuettler, respectivamente.

Montañés, campeón este año en el torneo de Estoril, donde venció al suizo Roger Federer en semifinales, se impuso a Galvani por 6-3, 6-3 y 6-3 en dos horas y dos minutos. García López hizo lo propio con Schuettler, finalista del Abierto de Australia en 2003, por 7-5, 6-4 y 6-2 en dos horas y 22 minutos, pero el jugador de La Roda está tocado y sin fuerzas.

Guillermo sufre una gripe desde hace un par de días y jugó sabiendo que si el partido se alargaba sería su fin. Acabó con vómitos y acudió a la conferencia de prensa escaso de energía, casi tambaleándose.