“A vida o muerte”. Si José Luis Oltra ha calificado así el partido de esta tarde en Jerez de la Frontera, desde fuera no se le puede restar trascendencia. El Tenerife lleva toda la Liga intentando estrenar su inmaculado casillero de triunfos a domicilio con resultados hasta ahora infructuosos. Pero llega la mejor oportunidad posible, la que brinda el colista de Primera. Los números en su estadio lo dicen todo: ha ganado dos partidos, empatado tres y perdido ocho en lo que va de Campeonato, anotando ocho goles por 22 que ha encajado. En Chapín han sacado algo positivo los mejores (Real Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla), equipos que llegaban en la crisis más grave (Atlético de Madrid) y los acostumbrados a pelear por abajo (Osasuna).
La última victoria xerecista en su feudo se produjo en la vigésima jornada ante el Mallorca (2-1). Su ubicación como farolillo rojo desde los albores de la temporada o las bajas de jugadores tan importantes como el lateral Francis o el grancanario Momo son más avales para el éxito blanquiazul. Pero estos argumentos no lo convierten en fácil. Porque es eso precisamente lo que no ha sido este equipo albiazul desde la llegada del argentino Néstor Gorosito a su banquillo.
Oltra sabe que se enfrentará a un conjunto mejor armado que en la primera vuelta. Por eso, se ha cansado esta semana de advertir a sus futbolistas sobre el peligro de bajar un ápice la intensidad. La victoria lograda ante el Espanyol sólo supuso el primer paso de la remontada insular, por lo que ganar en tierras andaluzas vendría a consolidar los cimientos del camino correcto hallado ante los “periquitos” hace seis días. El técnico no tocará demasiado su once, pero sí dará entrada a Marc Bertrán. Recuperado un par de semanas antes de lo previsto, el ilerdense hará cambiar de banda a Pablo Sicilia. El sacrificado será, casi con total seguridad, el majorero Héctor.