En medio de una constelación de estrellas, Álvaro Arbeloa parece pasar desapercibido, pero su importancia en el juego del Real Madrid es mayor que su impacto mediático. Desde que el entrenador lo sacó de la banda izquierda y lo puso en su perfil bueno, la derecha, el Madrid mejoró sensiblemente en simetría, en salida de balón y en llegada por los costados. Su baja es la mejor noticia para el Tenerife, que puede encontrarse a un rival más atascado el próximo sábado. Ya se demostró en los partidos que el Real jugó en Bilbao y en Pamplona, ambos con Sergio Ramos de lateral derecho. Los blancos no fueron capaces de hacer un solo gol y su juego por bandas fue prácticamente nulo.

La mejor versión.- Arbeloa pasó a la derecha en el partido que el Madrid jugó en Riazor hace cuatro semanas. Desde entonces el equipo ganó sus cuatro partidos ligueros, en los que marcó 14 goles y encajó sólo 3. Ha sido, la de este comienzo de la segunda vuelta la mejor versión de los blancos en el campeonato y mucho ha tenido que ver la admirada y elogiada solidez defensiva, con los dos laterales dotados de talento para subir por sus bandas.

Las dos alternativas.- Pellegrini defiende que Sergio Ramos puede jugar en la banda frente a las críticas mayoritarias. Esa variante abriría la puerta del equipo a Ezequiel Garay como central, con lo que la zaga perdería velocidad por el eje, aspecto interesante frente a un jugador como Nino, que puede explotar ese factor. Pero al entrenador chileno le queda otra opción, la de colocar a Lass Diarrá en la banda diestra y meter en el medio, como interior derecho a otro centrocampista, aunque esta posibilidad parece más rebuscada y tiene antecedentes desfavorables.

Las consecuencias de la baja de Arbeloa, que ya jugó en Copa en el Heliodoro, son un ejemplo de la trascendencia que tienen en el fútbol los jugadores de equipo.