España disputará hoy su tercera final consecutiva del Campeonato de Europa de Fútbol Sala. Será contra a Portugal, en Hungría, donde buscará refrendar su hegemonía en el continente y anotarse el quinto título en su historia. La de hoy en Debrecen, a partir de las 19:30 horas, será la sexta final que disputa España, campeona en 1996, 2001, 2005 y 2007 y tercera en 2003. Las otras dos selecciones que poseen un título son Rusia (1999) e Italia (2003).

España volverá a encontrarse en esta edición del campeonato con Portugal, selección cuyo mejor resultado fue el cuarto puesto en 2007, año en el que fue anfitriona.

La selección que dirige José Venancio López dio buena cuenta de su rival en la final en el partido que cerró la fase de grupos, el pasado domingo. España dejó patente su autoridad al imponerse al conjunto luso por 6-1. Antes, arrolló a Bielorrusia (9-1). En cuartos de final le tocó lidiar con la temible Rusia, gran favorita al título también, a la que ganó en la tanda de penaltys y se plantó en la final al derrotar a la República Checa 1-8.

El camino de Portugal hasta la final no ha sido nada espectacular. Antes de ser vapuleado por España, no pasó del empate con Bielorrusia (5-5) y alcanzó la clasificación por la diferencia de goles. En cuartos de final ganó a Serbia (5-1) y en semifinales se impuso ante la selección revelación, Azerbaiyán, 5-3 en la tanda de penaltis tras igualar a tres.

No obstante, los números anteriores no son referencia porque las finales son otra historia. De hecho, el seleccionador español comentó ayer que "Portugal llega a la final en su mejor momento tanto física como mentalmente, por lo que creo que será un partido muy igualado".

"Todo el trabajo de preparación ya está hecho. España se ha plantado en la final practicando el mejor fútbol sala y Portugal ha ido de menos a más. Nos conocemos mucho", dijo Venancio López, quien agregó que en su opinión "las finales se ganan desde el aspecto emocional".

España llega con todos sus efectivos disponibles, como Portugal.

Orlando Duarte, seleccionador luso, apuntó sobre esta final que su equipo llega "muy ilusionado", pero son conscientes de que "nos enfrentamos al mejor equipo del mundo, el que más ha trabajado y por ello será muy difícil".

El partido será un poco más especial para Javier Rodríguez, quien en Hungría disputará su último campeonato de Europa, ya que anunció su retirada antes de empezar la competición.