A UN RECIÉN ascendido no se le puede pedir mucho más. Este Tenerife, que comparte los puestos del poco deseado viaje a Segunda con sus acompañantes en la fiesta del ascenso el pasado mes de junio, no tiene nada que ver con Xerez o Zaragoza. Ni está ya condenado -salvo milagro- como los andaluces, ni sigue anclado, pese a los fichajes, como los aragoneses. Es más, su juego de ayer es tan competitivo que discutió y mereció la victoria ante el mejor visitante de la Liga. Este cartel acompaña a un Valencia que no perdió en la Isla por su portero. Fue César el héroe y la suerte ese gran ausente para los blanquiazules. Porque no es normal que Alfaro y Nino (49 goles la pasada campaña) no conviertan en gol hasta cuatro ocasiones claras. Con un poquito de fortuna, el Tenerife debió dormir anoche con tres puntos más en el casillero y fuera de los tres últimos puestos de la clasificación. Es esta parte la peor de la jornada que cerraba la primera vuelta del Campeonato: seis jornadas sin ganar empiezan a ser una pesada losa. Equipos como Racing y Osasuna sí han sabido dar ese salto para alejarse, al menos momentáneamente, de la quema. Y los de Oltra, que siguen recibiendo elogios de sus rivales, no pueden permitirse un tropiezo ante el Zaragoza para no perder más comba.

Pero siguiendo los consejos del técnico insular, vamos a quedarnos con lo positivo del choque: desde la magistral actuación de Manolo Martínez y Ezequiel Luna hasta el buen rendimiento de Román Martínez. El centrocampista argentino condujo menos la pelota, no asumió tanto protagonismo ofensivo y prefirió guardar fuerzas para defender. Cumplió con creces su cometido y recuperó crédito.

P.D. Sería aconsejable que los que consideran negativo el entorno del Tenerife escucharan la rueda de prensa de Unai Emery. Más de una decena de preguntas y ni una sola en tono positivo. Todo fueron críticas para el entrenador del tercero de la Liga BBVA.