"El principal objetivo es que los jugadores de la base del Tenerife lleguen algún día al primer equipo; después hay otro, el clasificatorio". Con estos principios llegó anoche a la Isla el nuevo técnico del filial blanquiazul, Alfredo Merino, un palentino de 40 años de edad que lleva casi media vida vinculado al fútbol y que puede presumir de haber entrenado en todas las categorías, menos en Primera División.

Tras acumular experiencia en los filiales del Valladolid y el Atlético de Madrid, el nuevo integrante del organigrama técnico del club blanquiazul sustituye a Fabián Rivero, que estuvo al frente del Tenerife B durante seis temporadas y al que no le renovaron el contrato después de que el equipo se quedara a las puertas del ascenso a Segunda B.

Merino, que se comprometió por las dos próximas campañas, es una apuesta del director deportivo del Tenerife, Santiago Llorente, con el que trabajó hace seis años en el Valladolid y que se encargó de trasladarle una oferta que aceptó sin pensárselo dos veces. "Cuando se puso en contacto conmigo, sentí una gran satisfacción y mucha ilusión, porque este club está demostrando que los objetivos se consiguen si las cosas se hacen bien, tiene un proyecto de futuro para formar jugadores y estabilizarse en Primera y viene realizando un trabajo de cantera que está dando sus frutos y que se quiere mejorar", comentó a EL DÍA antes de afirmar que se mirará en el espejo del Tenerife de la Liga pasada para guiar a su nueva plantilla. En ese sentido, aseguró que le gusta que sus equipos "vayan a por los partidos y no especulen, porque se puede ganar los partidos realizando un fútbol atractivo y siendo protagonista, como demostró el Tenerife en su ascenso a Primera".

Merino asume la responsabilidad de entrenar al filial con el desafío de "formar" a los futbolistas y conseguir que los canteranos estén "lo suficientemente preparados para poder acceder un proyecto tan ilusionante como el del Tenerife en Primera División". Para ello sostiene que la categoría en la que compita no será tan relevante, porque "de poco sirve que el equipo esté en Segunda B si al final de la temporada no se cuenta con los jugadores para la primera plantilla porque no están formados".

En principio, el filial repetirá un año más en el Grupo Canario de Tercera División, que la próxima campaña estará formado por veintidós clubes, pero existe la posibilidad de que ascienda a la categoría superior si uno de los equipos canarios (Fuerteventura, sobre todo, Vecindario o Lanzarote) pierde su plaza por problemas económicos. Para Alfredo sería una "buena noticia" iniciar la temporada en Segunda División B, pero eso es algo que ahora le preocupa menos que hacer planes con Llorente y con el director del fútbol base del club, "Sesé" Rivero, "para que el proyecto sea lo más ambicioso y competitivo posible". En esas reuniones habrá tiempo para hablar de "fichajes, cesiones, altas y bajas, aunque el club ya tiene parte de ese trabajo adelantado".

De momento, sabe que en la Isla hay materia prima para poder llevar a cabo sus planteamientos. Al respecto, señaló que "a nadie se le escapa que la campaña del Tenerife B fue excepcional, así como la que realizó el equipo Juvenil, y cuando todo eso se junta quiere decir que hay mimbres para trabajar, aunque otra cosa es que los futbolistas sean capaces luego de jugar en el primer equipo".

Asimismo, advirtió de que mantendrá una relación muy fluida con José Luis Oltra, al que todavía no conoce personalmente, hasta el punto de que si el técnico valenciano propone "algunas pautas" en el funcionamiento del filial, serán aceptadas, ya que Merino se considera un profesional receptivo.