El Real Madrid despide una temporada convulsa, con su nombre presente en los juzgados y sin brillo deportivo, con la Supercopa de España como único título para sus vitrinas, acechado por un fin de ciclo que se llevó por delante a un presidente, Ramón Calderón, y al técnico Bernd Schuster.

Todo ello antes del desfile que se producirá con el regreso de Florentino Pérez a la presidencia, sin necesidad de elecciones ante la ausencia de rivales.

Rodeado de polémica en lo institucional y con tanto orgullo como falta de calidad en lo deportivo, el Real Madrid ha protagonizado una temporada de transición, con un proyecto que sirvió para ganar dos Ligas consecutivas pero que con pocos retoques, terminó cediendo ante el poderío de su eterno enemigo, el Barcelona.

Desde la pretemporada las cosas no funcionaron en el Real Madrid. Bernd Schuster comenzó con el gesto torcido cuando pasó de esperar los fichajes de Cristiano Ronaldo y David Villa a un enfrentamiento público con el director deportivo Pedja Mijatovic y el consuelo final de la contratación del holandés Rafael Van der Vaart.

La remontada en la Supercopa de España ante el Valencia maquilló el inicio con el único título que se llevaría a la boca un Real Madrid que comenzó la Liga ampliando su ''maldición de Riazor'', que un mes después fue retratado en Copa del Rey por un conjunto de Segunda división B, el Real Unión, que le sacó los colores eliminándole en la primera ronda, y que vio como se transformaba en sueño imposible la ansiada ''décima'' Copa de Europa.

La Juventus abrió los ojos al Real Madrid. Dos derrotas ante el único rival de peso del grupo condenaron al conjunto blanco a jugar los octavos con desventaja de campo. El Liverpool lo vapuleó (0-1 en Bernabéu y 4-0 en Anfield). Volteó el "chorreo" que había vaticinado Vicente Boluda.

Por entonces, Bernd Schuster había sido destituido por Juande Ramos en el banquillo. El alemán, tras perder contra equipos menores como Valladolid o Getafe, se sentenció en el último encuentro del 2008. "Hoy en día no tenemos nada que hacer para ganar ante el Barcelona", dijo siete días antes de visitar el Camp Nou terminando de provocar su cese.

Días antes, el 7 de diciembre se inició el espectáculo en la directiva con la famosa Asamblea que acabó en los juzgados. Ramón Calderón la manipuló infiltrando a personas que no eran socios compromisarios, alguno ni siquiera seguidor del Real Madrid.

La tormenta desatada a inicios del 2009, cuando se destapó el escándalo, se llevó por delante primero a Luis Bárcena, director general de socios, y a Mariano Rodríguez ''Nanín'', miembro del departamento de socios. Acabó provocando la dimisión de Calderón, sustituido por Vicente Boluda.

En su mandato de seis meses, Boluda ha devuelto al Real Madrid a la normalidad y ha logrado modificar, en la repetición de la Asamblea, el siempre polémico voto por correo dando limpieza al siguiente proceso electoral, que no será este verano tras ver Florentino Pérez como sus rivales -Eugenio Martínez Bravo, Juan Onieva y Eduardo García- han abandonado por diferente motivos.

Hasta los acertados fichajes de ''Lass'' Diarra y Klaas Jan Huntelaar en el mercado invernal llegaron acompañados de polémica. Mijatovic quedó retratado al desconocer que no podía inscribir a los dos en Liga de Campeones y solo el centrocampista francés pudo disputar el duelo ante el Liverpool con el que el Real Madrid se despidió por quinto año consecutivo de Europa en octavos de final.

La racha liguera con la que Juande Ramos igualó el récord histórico del club (17 victorias en 18 partidos, ocho consecutivas a domicilio), maquilló el final de temporada hasta que el ciclón Barcelona pasó por el Bernabéu con un 2-6 que pasa a la historia como uno de los mayores puntos negros.

Desde entonces, con el segundo puesto asegurado, la plantilla se dejó llevar y pasa de igualar un récord positivo a protagonizar otro negativo por cinco derrotas consecutivas que cierran un ciclo.