La gallera Guerra, al ganarle a la Nueva por 5-2, suma ya 13 riñas de ventaja, a falta de una sola jornada. Sigue Samuel Mateo consagrándose como el mejor continuador de los grandes maestros de antaño. Con una cuida muy regular, y apoyándose en los magníficos gallos de los Hermanos Elvira, ha realizado una campaña brillante, y además habiendo sucedido muy dignamente en este partido al mejor cuidador de Canarias, lo que no es pequeña misión.

En Tenerife, la temporada se empañó con el dictamen científico de que Güímar estuvo empleando espuelas de plástico. Esto le supuso perder por 8-0 una jornada en que lo había hecho por 5-2, escasa penalización pero que arrojó una sombra sobre la temporada entera, ya que estas espuelas fueron profusamente utilizadas. El equipo técnico güimarero ha quedado en mal lugar, ya que, o bien no lo sabía y por tanto -sobre todo en comparación con Toño "el Rebotallo", que lo detectó todo al instante y al milímetro- ha demostrado escasa profesionalidad, o lo sabía y por tanto actuó con mala fe. Esto no son, a nuestro juicio, sino las consecuencias de la aberración que significa en Canarias estarse manejando espuelas de plástico, lo que revela además el grado de decadencia a que han llegado los gallos como tradición en Canarias. O aquí da alguien un golpe de timón o más vale que lo abandonemos todo a su triste suerte, aunque por lo demás, en un mundo en el que ya hasta hay personas de plástico, no es de extrañar que este sucedáneo haya llegado a sustituir a las espuelas naturales de los gallos finos, cuyo uso es lo bonito y lo verdaderamente canario de toda la vida.

Güímar, a una riña

Una riña le falta a Güímar para proclamarse campeón. Ganó, merecidamente, por 5-2, llevando, como de costumbre, los gallos duros, activos y resistentes, mientras que La Espuela adoleció nuevamente de poca puntería. El gran triunfador de la jornada (y de toda la temporada) fue Gonzalo Alberto: de cuatro gallos, tres le ganaron y uno le entabló, siendo todos ellos veteranos, con destaque para su segundo gallino, que logró su cuarto triunfo. Sólo hubo dos riñas rápidas: la tercera, en que un excelente melado de Vicente Sosa acertó en las rebatidas y en seguida remachó (1:35), y la última, para un pollito colorado de Gonzalo que nos gustó mucho (2:35).

Este sábado en Güímar se cierra una temporada que comenzó muy bien hasta que empezaron a menudear las peleas largas y a complicarse con la cuestión de las espuelas. Tuvo esta temporada también muchos enemigos, y no sólo entre los resentidos de los otros partidos. Se hizo lo posible porque fracasara, porfiando algunos en que la temporada no terminaría. Frente a la sombra de que hablamos, el esfuerzo de ambas directivas merece ponerse por las nubes, y así lo hacemos. Antes de las peleas, el directivo Alfonso Oval leyó un comunicado güimarero que mereció nuestros aplausos, y es así como se hace afición. La Espuela, por su parte, ha actuado en todo momento con serenidad, no dejándose llevar por aficionados de todo tipo que buscaban liquidar una temporada que, pese a todo lo dicho, ofreció grandes momentos, y siempre con mucha presencia de público.

En Lanzarote hubo grandes riñas, con 4-3 de El Volcán. En Gran Canaria, Gáldar supera en el segundo puesto a Los Llanos. Y en Fuerteventura, San Miguel se proclamó campeón por 4 de ventaja.