Si se equiparara la lucha que mantiene Sergio Aragoneses por recuperarse de la pancreatitis que se le detectó hace mañana un mes con la consecución de un objetivo deportivo (como el ascenso en el caso del Tenerife), se podría decir que ayer el meta de Porriño dio un paso de gigante. Enfundado en su chándal y junto a José Cristóbal Sanchidrián, el fisioterapeuta del club, Sergio comenzó ayer el proceso de readaptación a la rutina de trabajo del equipo. Hasta ahora su delgadez era la que indicaba el sufrimiento que le ha producido la inflamación del páncreas. Ayer al ver lo leve de la carga de trabajo que soportó quedó del todo claro que la enfermedad ha mermado notablemente su forma física. Sergio saltó al césped del CIAT de Tíncer, donde se ejercitaba la plantilla blanquiazul y apenas pudo dar un par de vueltas al terreno de juego, primero caminando y luego trotando muy suavemente. Inmediatamente después se retiró a la zona de vestuarios, donde se encuentra el gimnasio.

No hay plazos.- El objetivo principal de estos primeros días de iniciación es que el gallego recupere paulatinamente la forma. El período que necesitará dependerá de cómo reaccione diariamente, pues aún no cuenta con el alta médica. Por lo pronto, ayer la respuesta fue "muy buena", indicó Roberto Medina en el parte médico que publicó el club. José Luis Oltra anunció la semana pasada que Sergio volvería al trabajo por estos días y admitió que la intención del club es acortar en la medida de lo posible los plazos de recuperación. Sin embargo, en ningún caso se atrevió a dar fechas. Desde el club se prefiere mantener una lógica cautela, conscientes que son de la delicadeza de su padecimiento.

Se cumple un mes.- Sergio cayó enfermo en la madrugada del pasado 4 de marzo. Un fuerte dolor abdominal del que alertó inmediatamente a los médicos del Tenerife le hizo acudir al Servicio de Urgencias del Hospital de La Colina, donde le realizaron unas primeras pruebas que revelaron que el meta gallego sufría una pancreatitis. Esa misma tarde fue trasladado al Hospital Universitario de La Candelaria, donde permaneció ingresado hasta el 20 de marzo. La primera vez que se le vio en público fue el miércoles de la semana pasada en una visita que hizo a sus compañeros en el entreno. Además, el domingo pudo asistir al partido frente al Córdoba.