Alberto Quintero Rojas (19-8-1987) empezó a dar los primeros pasos en la práctica del fútbol cuando apenas tenía cinco años. En sus inicios no le sedujo demasiado la idea de ser portero, pero después de probar durante una temporada como defensa cambió de idea y se animó a ponerse los guantes y colocarse debajo del larguero. "Nadie me lo aconsejó, fui yo quien quise cambiar", recuerda el guardameta lagunero, que no tardó en pasar de las filas del Padre Anchieta, en el que sólo jugó una campaña, a los filiales del Tenerife, club con el que tiene contrato hasta el 30 de junio de 2009. A lo largo de su formación pudo aprender de los profesores de la Escuela de Porteros (menciona a Pedro Oramas, Luis Gutiérrez, Kiko Martín...), y no dejó de recibir los consejos de su padre, que también pasó por los equipos base del Tenerife.