Sin prisa, pero sin pausa, Rafa Nadal prosigue su camino en el Abierto de Australia sin ceder un solo set. Ayer despachó en dos horas y cuatro minutos al alemán Tommy Haas (6-4 y un doble 6-2) para alcanzar los octavos de final. El manacorense se mostró especialmente efectivo en la red, donde sumó 20 puntos en 23 subidas. Ahora, en su camino a la final, le espera Fernando González, el hueso duro de roer que lo echó del torneo 2007 en los cuartos de final y al que ganó en la final de los Juegos de Pekín.

El tenista chileno, no obstante, no llega en plenitud de condiciones, al menos por lo visto durante la jornada de ayer: le costó un mundo y más de cuatro horas doblegar a Richard Gasquet (3-6, 3-6, 7-6, 6-2 y 12-10).

En esta ronda, en la que Tommy Robredo juega ante Andy Roddick -fue el más madrugador-, también está Fernando Verdasco. El madrileño se las verá con Andy Murray, uno de los hombres más en forma del circuito actual, tras liquidar a Radek Stepanek (6-4 y un doble 6-0).

La nota negativa de la jornada fue la derrota de Nicolás Almagro, que no pudo con Gael Monfils en un partido a tres sets (6-4, 6-3 y 7-5). Pese a todo, Almagro se despide de Australia logrando su mejor resultado, ya que no había pasado de primera ronda.

Si en el cuadro masculino Monfils y Gilles Simon vivirán un duelo fratricida, en el femenino ocurrirá lo mismo con Anabel Medina y Carla Suárez. La canaria, verdugo de Venus Williams, acaba de tener otro choque con sabor español al deshacerse de María José Martínez Sánchez (6-1 y 6-4).

Medina, por su parte, sorprendió a la italiana Flavia Pennetta, (6-1 y 6-4). Elena Dementieva, que se mide a la eslovaca Dominika Cibulkova, se perfila como la rival en cuartos del duelo Suárez-Medina.