Las obras que se estaban realizando en la carretera de Temisas, en el sureste de Gran Canaria, dejaron al descubierto un yacimiento prehispánico, con un suelo cubierto de grano, espigas y útiles de molienda, que resolverían incógnitas sobre la agricultura aborigen.

El yacimiento, localizado bajo los riscos que ahora atraviesa la carretera de acceso a este pueblo del municipio de Agüimes, consta de varias cuevas que quedaron selladas por un desprendimiento de rocas ocurrido en un momento aún no determinado, pero anterior a la conquista de la isla por la corona de Castilla.

Su importancia reside en la realidad que quedó atrapada para la posteridad -e intacta- por el hundimiento de un talud rocoso: muelas de moler, morteros de piedra, útiles de madera y fragmentos de esteras vegetales, acompañados por trigo y cebada.

Los arqueólogos aún están a la espera de que las pruebas de carbono 14 aclaren de qué época son los granos de cereal y las esteras vegetales recuperados.