El volcán submarino de El Hierro ha regalado hoy a cuantos se han acercado a La Restinga con la esperanza de contemplar de nuevo los espectaculares estallidos de burbujas de gas y ceniza que provocó ayer un día de absoluta tranquilidad, que hace bueno el nombre del Mar de Las Calmas.

La primera erupción en España en cuatro décadas, que mañana cumple un mes de actividad, genera desde hace semanas un círculo de burbujas y ondas concéntricas a una milla de distancia del punto más meridional de la isla de El Hierro perfectamente observable desde la costa sin necesidad de prismáticos.

Desde el pasado fin de semana emergen de ese punto de la superficie del mar borbotones de material magmático, cargados de gases y cenizas que, en ocasiones, crecen y estallan.

Ocurrió el sábado a las 18.00 horas, cuando el fenómeno generó una nube de material de unos 25 metros de altura, y se repitió ayer, martes, sobre las 16.00, aunque a menor escala.

Numerosas personas se han acercado hoy hasta la costa de La Restinga para presenciar el espectáculo que ayer grabaron las cámaras de la Televisión Canaria y fotografiaron varios reporteros, pero se han encontrado con una calma absoluta, una "balsa de aceite" en la que ni siquiera se distinguía el habitual círculo de burbujas.

La tranquilidad ha sido tal, que hasta la zona se ha acercado el buque científico "Ramón Margalef", del Instituto Español de Oceanografía, para recoger muestras en el agua situada directamente sobre el foco eruptivo, y también un helicóptero de la Guardia Civil ha sobrevolado la zona en pasadas a baja altura.

La portavoz del comité científico del Plan de Protección Civil frente a Riesgo Volcánico, María José Blanco, del Instituto Geográfico Nacional, ha pronosticado hoy que ese fenómeno se repetirá con más frecuencia de lo que inicialmente esperaba y aporta un elemento nuevo hasta ahora en esta erupción: cenizas volcánicas.

No obstante, ha insistido en que no comporta riesgo alguno para la población -salvo las molestias que ocasionan los gases sulfurosos que emergen del mar- y que el fenómeno se debe a la acumulación de gases, no a la fase explosiva en la que entraría el volcán si el cráter se acerca a menos de 150 metros de la superficie del mar.