La evacuación de La Restinga el pasado 11 de octubre se llevó a cabo en un momento en el que la situación era "crítica", porque los científicos no sabían dónde se produciría la erupción, ha asegurado hoy Ramón Ortíz, vulcanólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Ramón Ortiz ha facilitado esta explicación en respuesta a una pregunta de una vecina de La Restinga que asistió a una rueda de prensa para informarse de los motivos por los que se produjo la evacuación y el investigador explicó que sabían que la erupción se produciría cerca del pueblo pesquero, pero no el lugar exacto.

Cuando se abrió la boca eruptiva los expertos "respiraron", aunque había posibilidades de que una de las bocas alcanzara La Restinga, ha indicado este investigador, que hoy ha ejercido como portavoz del comité científico que supervisa la situación en El Hierro.

Durante la rueda de prensa Ramón Ortiz ha explicado que para enfrentarse a una crisis volcánica lo primero que hace falta es tener confianza en la persona que está al lado, porque de sus decisiones puede depender tu vida y la de mucha gente.

"Lo que está sobre la mesa es lo que está sobre la mesa. Esas cosas de que unos dicen que resulta que ha salido un ''cuchuflú'', o que hay que poner un aparato cuadrado, o que tienen datos muy importantes, pero que no enseñan...", ha declarado este vulcanólogo del CSIC para criticar a quienes opinan sin disponer de datos.

Los datos en esta crisis, ha insistido Ramón Ortiz, son los que tienen el Instituto Geográfico Nacional y el CSIC.

El vulcanólogo del CSIC ha destacado la importancia de que la población comprenda las decisiones y esto, a su juicio, ha ocurrido en El Hierro, donde habrá que mantener la vigilancia actual al menos durante un año, ha añadido.

La evolución del volcán era la esperada, ha afirmado Ramón Ortiz, para quien lo único "un poco extraño" ha sido que durante la crisis que comenzó a mediados de julio se detectó un seísmo de 4,3 grados de magnitud en la escala de Richter.

Por ello, habrá que analizar por qué el magma pudo acumular tanta energía como para producir ese sismo, ha explicado.

En cuanto a la posibilidad de que se produzca una nueva erupción, Ramón Ortiz ha señalado que el periodo de retorno de las erupciones volcánicas en Canarias es del orden de treinta años (la anterior fue en 1971), lo que, comentó, no quiere decir que no se produzca otra al cabo de un año.

Y en el caso de El Hierro, el análisis de las rocas de erupciones anteriores dice que desde que el magma asciende y se sitúa sobre los diez kilómetros de profundidad hasta la erupción pueden pasar desde tres días hasta un año, ha añadido.