PARECE que viene Zapatero, otra vez. Esperemos que tenga vergüenza y que no se deje ver en público, aunque nos parece que hará todo lo contrario. Llega el hombre que nos engañó con un falso Plan Canarias, el hombre al que nos vendieron en el Congreso por un plato de potaje de lentejas. En las conciencias de Ana Oramas y de Perestelo está esta venta, que avergonzó a Canarias. Nos vendieron por un plan más falso que una moneda de tres euros. Nos vendieron alevosamente y con desvergüenza. Y provocaron que Canarias continúe sojuzgada por el godo y amedrentada por las falsas promesas y por las tarascadas autoritarias de un Gobierno central que no es el nuestro. El nuestro es otro que todavía no ha llegado, pero que tiene que llegar. El Gobierno de una Canarias independiente.

Viene Zapatero a decir cuatro chorradas y a irse por la tarde. Lo de siempre. A convencer a la muchachada socialista de guagua y mantel de cuadritos. Coalición Canaria reparte mortadela entre los suyos y el PSOE ideología. Unos comen más que otros, pero al final todos comen. Qué decir del PP, que se eriza cada vez que oye hablar de la independencia para nuestra tierra. Hasta que los nacionalistas de verdad no se pongan todos de acuerdo para dar el paso, Canarias seguirá al garete y al albur del godo. Todos serán godos: jueces, fiscales, profesores, funcionarios, inspectores de Hacienda y de Trabajo, notarios, registradores, policías, todos godos. Hacemos el matiz de siempre entre el godo y el peninsular que viene aquí a integrarse y a luchar por esta tierra; estas personas son bienvenidas, tengan la profesión que tengan.

Viene Zapatero, el hombre que provocó un serio retraso en la historia de nuestras islas con sus cantos de sirena, con sus promesas vanas y con sus sonrisas falsas. Que nos concedió aguas que no tenía, que nos dio dinero que no se había fabricado, que nos prometió el oro y el moro y que solo mandó al moro y el oro se lo quedó para su querida Península. Zapatero, el que sumió a la nación española y a la nación canaria en el caos económico. Ahora viene a predicar las bonanzas de su errático partido ante un auditorio empobrecido, escaso y sectario. Esto es lo que le decimos a ZP, a propósito de Canarias.

No es bienvenido aquí este personaje, flojo político, que ha hecho el ridículo en Europa y que ha destruido los valores más sagrados de su país -España- y de nuestro país -Canarias-. Ese es el que viene, pero nosotros no lo queremos, porque estamos hartos de que nos engañen y de que nos metan gato por liebre. Adiós, Zapatero.