La recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial ha terminado, según anunció ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI), que elevó sus previsiones de crecimiento ante el fuerte tirón de Asia, pero alertó de que la salida de la crisis será lenta.

"La recuperación ha comenzado. Los mercados financieros están curándose", subrayó su economista jefe, Olivier Blanchard, en una rueda de prensa en Estambul en la que divulgó el informe "Perspectivas económicas mundiales".

Según los nuevos cálculos del FMI el mundo se contraerá en 2009 tres décimas menos que lo previsto en julio, hasta el 1,1%, un resultado que refleja el difícil principio de año, mientras que para 2010 vaticina un repunte del 3,1%, seis décimas más que en su última previsión.

Sin embargo, España será la única gran economía que seguirá en recesión el próximo año, aún así el organismo mejora levemente su pronóstico de crecimiento, al tiempo que sitúa la tasa de paro en un 18,2% a finales de 2009 y del 20,2% en 2010 y advierte de que los precios de la vivienda bajarán todavía más en los próximos meses.

En este contexto en su último estudio augura una contracción del 3,8% para este año, frente al 4% estimado en julio, mientras que para el próximo curso espera un retroceso del 0,7%, una décima mejor que las anteriores proyecciones de la institución (-0,8%).

Bajón de la actividad

La actualización de las proyecciones del FMI vuelve a presentar un escenario más pesimista para la economía española que el previsto por el Gobierno español, que espera una contracción del 3,6% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2009 y una caída de la actividad económica del 0,3% en 2010.

El órgano internacional incide en la gravedad de la crisis inmobiliaria, la peor de Europa junto con la de Irlanda y Reino Unido, y recalca que el abrupto deterioro del sector construcción es una de las principales causas de que se haya disparado el desempleo.

A pesar de las buenas noticias para las principales economías de la eurozona y Estados Unidos, Blanchard puntualizó que "los números actuales no deberían engañar a los gobiernos y hacerles pensar que la crisis ha concluido".

De hecho, el economista francés les instó a no poner fin a sus programas de estímulo económico de forma prematura e incluso alertó de que tendrían que ser ampliados si las cosas van a peor.