Soldados alemanes mataron hoy a dos civiles por no detener la motocicleta en la que viajaban cuando se aproximaban al consulado de Alemania en Mazar-e-Sharif, en el norte de Afganistán, que acababa de sufrir un atentado talibán, que causó cuatro civiles y dos insurgentes muertos y más de 120 heridos.

Munir Ahmad Farhad, portavoz del gobernador de la provincia de Balkh, de la que Mazar-e-Sharif es capital, explicó que los civiles en moto murieron por disparos de soldados alemanes "al no detenerse a pesar de los gritos de aviso de las tropas extranjeras".

"No prestaron atención a los avisos verbales y gritos de los militares alemanas y finalmente murieron por los disparos de estos soldados", detalló el portavoz del gobernador provincial.

El ataque talibán contra el consulado había comenzado alrededor de las 23.00 del jueves (18.30 GMT) cuando un atacante suicida se inmoló con un camión cargado de explosivos y terminó unas pocas horas después con la muerte de otro insurgente y la detención de un tercero que se habían lanzado contra el edificio, explicó Farhad.

El número total de muertos en relación al ataque al consulado alemán en el norte afgano asciende por tanto a diez, ocho civiles y dos talibanes.

Por su parte, el portavoz talibán Zabihullah Mujahid indicó en un comunicado que el ataque se produjo en venganza por el reciente bombardeo de "países invasores" en la provincia norteña de Kunduz que dejó víctimas civiles, y acusó a Alemania de estar detrás de "todos los crímenes" en esa zona.

Según la versión de los insurgentes, que generalmente sobredimensionan los resultados de sus acciones, la mayor parte del consulado fue destruido en el ataque, y anotaron que murieron en su interior "todos los soldados y empleados, además de otra gente".

Al menos 32 civiles murieron la semana pasada en una operación realizada por las fuerzas afganas con apoyo aéreo de Estados Unidos contra un grupo de talibanes que se habían reunido al norte de la ciudad de Kunduz, capital de la provincia homónima.

El presidente afgano, Ashraf Gani, anunció el envío de un equipo a la provincia para investigar el ataque, mientras que el jefe de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en el país, el general John Nicholson, prometió colaborar con las autoridades de Kabul para esclarecer los detalles.

Afganistán vive una situación de creciente violencia ante el progreso de los talibanes, que en las últimas semanas intensificaron los combates en los alrededores de al menos cinco de las 34 capitales de provincia, entre ellas Kunduz.

La OTAN permanece en el país con alrededor de 12.000 efectivos en tareas de asesoramiento a las fuerzas nacionales, y EEUU mantiene a 9.800 soldados, una dotación que disminuirá para el año que viene hasta los 8.400 militares.