El Gobierno chino ha iniciado un censo de las decenas de millones de menores que se estima que viven sin sus progenitores, debido normalmente a que estos marcharon a otras provincias en busca de trabajo, con el objetivo de asegurar una gestión adecuada de su vida y educación.

El proceso de registro comenzó el martes, durará hasta el final de julio y recopilará información sobre el número, la ubicación, la educación y la situación familiar de estos menores, según un comunicado divulgado por el Ministerio de Asuntos Civiles que publica hoy la agencia oficial Xinhua.

El censo, que incluirá datos sobre las fuentes de ingresos con las que viven estas familias, será realizado en conjunto por ese Ministerio y los de Educación y Seguridad Pública.

Wang Jinhua, portavoz del Ministerio de Asuntos Civiles, indica en el comunicado que ese padrón tendrá en cuenta a los menores de 16 años de las zonas rurales cuyos padres no son sus principales cuidadores, los llamados "niños dejados atrás".

Además, las autoridades censarán a las mujeres y los ancianos que viven solos en las zonas rurales para "darles más apoyo", añade.

Casi 70 millones de menores viven separados de sus padres en China, alrededor del 30 % del total de la población infantil, entre los que se incluyen tanto los que están con uno de sus progenitores como los que viven sin los dos, según cifras de UNICEF.

La inmensa mayoría, unos 61 millones, se encuentran en las zonas rurales y casi la mitad no vive con ninguno de los padres, añade UNICEF, que también indica que el número de estos casos aumentó de forma significativa entre 2000 y 2010.

Según un estudio publicado en 2013 por el Centro para los Derechos de los Niños y la Corporación para la Responsabilidad Corporativa (CCR y CSR), los principales motivos que los padres argumentan para dejar atrás a los niños son la falta de tiempo para cuidarles, la imposibilidad de cubrir los costes básicos o no saber si tendrán acceso a los servicios sociales en el nuevo destino.

Se trata de una de las consecuencias del "hukou", el polémico sistema de residencia establecido en la década de 1950 para evitar la inmigración rural a las ciudades, y que impide acceder a ciertos servicios, como la educación o la sanidad, fuera de la provincia en la que se esté registrado.

La flexibilización del "hukou" es otro de los planes de China para facilitar la urbanización del país y robustecer la demanda interna, si bien las medidas se acometen de forma lenta y paulatina.