Un tribunal neozelandés ordenó hoy en última instancia la repatriación de una madre y un hijo paquistaníes amenazados por los talibanes en su país, informó la emisora Radio New Zealand.

El Tribunal de Protección e Inmigración reconoció que los solicitantes, cuyos nombres no han sido revelados, están en peligro si vuelven a su distrito en el norte de Pakistán, pero que podrán ser protegidos si se mudan a Karachi, en el sur.

La madre y su hijo de 19 años, cuyos nombres han sido omitidos también en el proceso, llegaron a Nueva Zelanda como turistas en junio del año pasado huyendo de los talibanes y con la intención de ser acogidos como refugiados.

Ella se encontraba en riesgo por su participación en la campaña de vacunación contra el polio, a la que se oponen los yihadistas porque creen que se trata de un programa encubierto de espionaje y para envenenar a la población.

La ciudadana paquistaní dejó de trabajar en la campaña después de que un familiar y otros seis paramédicos murieron en un ataque terrorista en una carretera en el día de Año Nuevo en 2013.

En noviembre de ese año, el hijo fue secuestrado por cuatro militantes talibanes durante nueve días hasta que la familia pagó un rescate.

La madre afirmó que no se siente segura en Pakistán, donde los talibanes tienen contactos en la mayoría de las ciudades y teme que la hayan incluido en una lista negra por su participación en la campaña del la vacunación del polio.

Sin embargo, el tribunal neozelandés estimó que la familia, de clase media alta, tiene medios para establecerse en Karachi, donde se encuentra el padre y podrían ser protegidos por las fuerzas de seguridad paquistaníes.

El jefe de la Asociación Paquistaní de Wellington, Zia Khan, lamentó la decisión del tribunal y afirmó que la familia se encontrará desprotegida en cualquier lugar en su país.

"¿Quién va a protegerlos? ¿Quién va a apoyarlos allí?", se preguntó Khan.