El primer ministro italiano, Matteo Renzi, logró ayer cumplir una de sus prioridades con la aprobación de la nueva ley electoral conocida como "Italicum", una de las medidas por las que más ha apostado desde su llegada al Ejecutivo. El texto fue presentado hace catorce meses, cuando Renzi comenzaba su Gobierno, como un sistema inspirado en el método electoral español, si bien finalmente poco o nada tiene que ver.

Tras meses de intensos debates y después de enfrentarse a duras críticas desde la oposición pero también en el seno de su propia formación, el Partido Demócrata (PD), Renzi celebró ayer que su reforma electoral ya es ley.

"Esfuerzo mantenido, promesa respetada. Italia necesita de aquellos que no siempre dicen no. Adelante con humildad y valentía", escribió el exalcalde de Florencia en su perfil de la red social Twitter, minutos después de la aprobación definitiva.

La nueva norma obtuvo 334 votos a favor, 61 en contra y 4 abstenciones, y entre las novedades incluye el premio de mayoría para el partido que supere el 40% de los votos, con el objetivo de dotar al sistema de mayor estabilidad. La semana pasada los diputados votaron los artículos modificados en el Senado, en enero.