Las autoridades mexicanas confirmaron ayer la muerte de 15 policías tras una emboscada llevada a cabo en una carretera en el estado occidental de Jalisco, por parte de una célula delictiva, en donde también resultaron heridos cinco agentes.

El comisionado de Seguridad en Jalisco, Alejandro Solorio, informó, en rueda de prensa, que el ataque es una reacción a la detención de 15 personas implicadas en un atentado contra él, que tuvo lugar el 30 de marzo pasado en el municipio de Zapopan.

Cuatro de los detenidos fueron entregados a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía federal) y once más "fueron puestos a disposición de la autoridad ministerial ayer", lo que dio origen a la emboscada, explicó Solorio.

De acuerdo con la fiscalía estatal, el atentado contra Solorio fue consecuencia, a su vez, de la operación del 23 de marzo en el municipio de Zacoalco de Torres, en el que el presunto delincuente Heriberto Acevedo Cárdenas, alias el Gringo, murió junto con dos acompañantes.

El ataque donde perdieron la vida los quince policías estatales se produjo alrededor de las 14.50 hora local (19.50 GMT) en la carretera Mascota-Las Palmas, en el crucero hacia el poblado de Soyatán, municipio de San Sebastián del Oeste.

En el lugar también fueron incendiados varios vehículos, por lo que la carretera se mantuvo cerrada a la circulación durante todo el día, para garantizar la seguridad de los ciudadanos.

Tras una reunión de carácter extraordinaria con el equipo de seguridad en el estado, Solorio dijo que al parecer el asesinato el lunes de Miguel Ángel Caicedo Vargas, director de la policía de Zacoalco de Torres, está relacionado con este ataque, que ha causado como se ha dicho quince bajas en el cuerpo de policías.

Sobre los cinco agentes heridos, cuatro hombres y una mujer, indicó que son atendidos en hospitales de Guadalajara y Puerto Vallarta y que se encuentran estables.

El 19 de marzo pasado agentes federales se enfrentaron con un grupo armado en Ocotlán, lo que dejó un saldo once muertos, entre ellos cinco agentes, tres delincuentes y tres civiles ajenos a los hechos.

Este estado del oeste de México, como informan, es disputado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la organización La Resistencia, que en septiembre de 2011 formó una alianza con el grupo de Los Zetas para combatir al primero.