Grecia decidió hoy esperar un día antes de presentar a sus socios en la eurozona una solicitud para prolongar el "crédito" del rescate, mientras que la Comisión Europea (CE) y Alemania insistieron en una prórroga de todo el programa, con sus condiciones, si Atenas quiere recibir la financiación pendiente.

El Gobierno de Alexis Tsipras alegó "razones de tiempo" para no enviar hoy la solicitud al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, como estaba previsto inicialmente.

En los pasillos de las instituciones comunitarias el anuncio de Atenas de pedir la prórroga del préstamo pero no del programa (como exigió el Eurogrupo el pasado lunes) ni tampoco la finalización exitosa del mismo con la quinta revisión del cumplimiento de las condiciones acordadas con el Gobierno anterior, ha generado cierto "estupor", dijeron a Efe fuentes de la eurozona.

La posición griega no ha cambiado en lo esencial porque insiste en pedir una prórroga del crédito y lo vincula al cumplimiento de "tres o cuatro condiciones", que Atenas es consciente de que sus socios no aceptarán.

El vicepresidente de la CE para el Euro, Vladis Dombrovskis, reiteró hoy que el Eurogrupo ya subrayó el lunes que la única manera de que Grecia obtenga la ayuda pendiente es solicitar una prórroga del programa y finalizarlo con éxito, al tiempo que pidió esperar a la "redacción exacta" de la petición.

Si la solicitud llega mañana al Eurogrupo, se convocará ese mismo día una reunión del Grupo de Trabajo del Euro, formado por los "número dos" de los ministros de Finanzas y de Economía de la eurozona para evaluar el documento y decidir si es susceptible de ser aceptado, según fuentes comunitarias.

Solo si Dijsselbloem y las capitales están convencidos de que un acuerdo es realmente posible, se convocaría una reunión extraordinaria del Eurogrupo para este viernes, fecha en la que acaba el ultimátum dado a Atenas para actuar ante el vencimiento el 28 de febrero de la parte europea del rescate.

En Berlín, el portavoz del ministerio de Finanzas germano, Martin Jäger, subrayó que el objetivo de la prórroga del programa exigido es garantizar "la exitosa conclusión" del plan, no hacer de programa puente como pretende Grecia, además de que desde el punto de vista jurídico, "la condicionalidad continua vigente a la fuerza".

En Atenas, el portavoz del Gobierno griego, Gavriil Sakelaridis dijo que la solicitud al Eurogrupo tomaría como base la propuesta del comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, hecha antes de la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro del lunes y que Atenas estaba dispuesto a firmar.

Este documento, no llegó a analizarse en el Eurogrupo, por decisión del presidente de este foro informal, Jeroen Dijsselbloem, según el titular griego de Finanzas, Yanis Varufakis, y fue reemplazado por uno más duro que Atenas rechazó casi de inmediato.

Mientras Grecia redacta la solicitud, los máximos representantes de la CE y el Eurogrupo están implicados en la búsqueda de una solución lejos de las miradas del público, incluido el propio presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker.

Estas negociaciones, en las que el Eurogrupo se ha mostrado intransigente y Grecia también, suponen un complicado encaje porque Atenas necesita urgentemente financiación, pero también debe cumplir el mandato que le han dado los votantes y poner fin a las condiciones acordadas con las instituciones antes llamadas "troika": La CE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE).

Grecia tiene por delante diferentes pagos a realizar, y así hasta junio debe devolver 5.200 millones de euros al FMI y en todo el año debe afrontar pagos a esa institución y al BCE, así como a otros acreedores por unos 17.000 millones de euros, según los cálculos del Gobierno heleno.

La solución, como en todas las negociaciones, será llegar a un compromiso en el que ambas partes cedan y al mismo tiempo puedan presentar ante sus respectivas audiencias como el cumplimiento de las promesas hechas.

Como parte de lo que los medios califican de "guerra de documentos", el Gobierno de Tsipras publicó hoy una serie de borradores, textos de trabajo e intervenciones de Varufakis en el Eurogrupo extraordinario del día 11 y en el ordinario del día 16.

A lo largo de 30 páginas, Atenas afirma que mantendrá el diálogo y cooperará plenamente con las instituciones, además de su disposición a "apoyar reformas estructurales" previamente acordadas con sus socios europeos.

También considera la agenda de reformas del mercado laboral "no apta" y quiere aplicar un enfoque diferente a las privatizaciones porque los objetivos planteados en el programa actual los considera "inalcanzables", al tiempo que insiste en reducir el objetivo de superávit primario (sin el pago de intereses) y en revaluar la sostenibilidad de la deuda, entre otras propuestas.