El mercado financiero, que apostó en la derrotada candidatura del opositor Aécio Neves a la Presidencia de Brasil, reaccionó hoy negativamente a la reelección el domingo de la presidenta Dilma Rousseff y espera ahora cambios en la gestión de la mandataria.

En la primera sesión tras los comicios del domingo, la bolsa de Sao Paulo, principal plaza de América Latina, llegó a caer más de un 6 %, pero al fin de la jornada amenizó las pérdidas y terminó bajando un 2,77 %, hasta los 50.503 puntos, su peor nivel desde abril.

El real, por su parte, se depreció un 2,35 % frente al dólar, que concluyó la jornada negociado a 2,524 reales para la compra y 2,526 para la venta en el tipo de cambio comercial, su mayor valor desde 2005.

El mal comportamiento bursátil de este lunes volvió a dejar patente la aversión que los inversores tienen hacia la política intervencionista de la presidenta Rousseff, quien ayer se impuso en la segunda vuelta de las presidenciales con el 51,64 % de los votos, frente al 48,36 % del abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), el preferido por los mercados.

En las últimas semanas, Neves se había granjeado el apoyo de la clase económica dirigente con propuestas de corte liberal opuestas a las de Rousseff, defensora del papel "regulador" y "bombero" del Estado.

"El dólar subió y la bolsa bajó tras la insatisfacción por el resultado de las elecciones. Probablemente el Gobierno dé continuidad a su política económica y al mercado eso no le gusta mucho", dijo Hideaki Iha, consultor de la correctora Fair.

Pese a ese escenario, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, atribuyó las turbulencias en los mercados financieros del país a "factores externos", aunque admitió que también responden al proceso electoral.

"Las elecciones provocan alguna volatilidad en los mercados, pero también hay factores externos" y "todas las bolsas del mundo están cayendo hoy", declaró el ministro, quien vaticinó que la situación económica se calmará paulatinamente en los próximos días.

"La discusión económica es más exacerbada en medio de un proceso electoral. Todo es muy apasionado. Los optimistas son más optimistas y los pesimistas más pesimistas. Pero pasadas las elecciones, el escenario tiende a calmarse", declaró.

El ministro, que tiene ocho años en el cargo, dejará el Gobierno a fin de 2014 por razones personales, una salida que los inversores esperan desde hace meses.

Según los analistas bursátiles, además de la definición del nuevo titular de Hacienda, el Ejecutivo también deberá tomar nuevas medidas para impulsar una economía debilitada y contentar a los inversores.

Tras haber registrado una expansión del 7,5 % en 2010, el crecimiento de la economía brasileña fue del 2,7 % en 2011, de sólo el 1,0 % en 2012 y del 2,3 % en 2013, y el Gobierno cree que cerrará este año con una expansión del 0,9 %, frente al 0,27 % que esperan los expertos del mercado.

De acuerdo a datos oficiales, en el segundo trimestre de 2014, la economía se contrajo un 0,6 %, con lo que acumuló dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y entró en lo que los expertos califican de "recesión técnica".

Rousseff también se enfrenta a una inflación en alza, que, según los especialistas, debe terminar 2014 muy próxima al límite máximo tolerado por el Gobierno. La meta para la inflación en el país es del 4,50 % anual, con un margen de tolerancia de dos puntos porcentuales, lo que permite un máximo del 6,50 %.

Brasil cerró 2013 con una inflación del 5,91 % y los precios continúan aumentando pese a que el Banco Central viene aumentando las tasas de intereses internas, que están en sus mayores niveles en los últimos años.

Además, la baja cotización del real experimentada en las últimas semanas podría contribuir a un aumento de la inflación, debido al encarecimiento de los productos importados, aunque, por otro lado, puede contribuir a la mejoría de las exportaciones, que también han arrojado pobres resultados en lo que va de año.