Miles de policías argelinos se manifestaron ayer por cuarto día consecutivo en distintas ciudades del país para pedir mejoras laborales, en lo que algunos analistas ven un síntoma del "vacío político" que vive el país.

Las marchas, inéditas en la historia argelina, han puesto de relieve los problemas de este cuerpo que tradicionalmente se ha sentido marginado en comparación con las ventajas con que cuenta el Ejército, verdadero poseedor del poder en la Argelia poscolonial.

Según relató el diario digital Tout Sur l''Algérie (TSA), centenares de policías se concentraron ante el Palacio de la Muradiya (Presidencia) con pancartas con mensajes dirigidos al actual director de la Seguridad Nacional, Abdelghani Hamel ("Hamel resistimos") de quien reclaman su dimisión.

La sede de la Presidencia, protegida por efectivos militares, se encuentra en la parte alta de la capital, y los accesos hasta las inmediaciones eran ayer prácticamente imposibles por el despliegue de agentes armados de la Guardia republicana con la misión aparente de contener a los manifestantes e impedir que se les unan civiles.

Los policías llevan manifestándose en la capital desde el pasado martes, y no solo en Argel, sino también en Orán , Constantina y la región bereber de Gardaia.