Los trabajadores del metro de Lisboa llevaron a cabo hoy una huelga parcial que mantuvo el servicio suburbano de la capital cerrado a primera hora de la mañana lo que, sumado a la intensa lluvia, complicó notablemente el tránsito rodado.

La capital portuguesa registró numerosos atascos en los accesos a la ciudad, más colapsados de lo que es habitual debido a varios accidentes leves, coincidiendo con el paro de los empleados de la compañía pública Metro de Lisboa.

La jornada de protesta obligó a cerrar todas las estaciones entre las 6.30 y las 11.00, y no está previsto que se retome la circulación de convoyes con normalidad hasta las 11.30 hora local.

La paralización fue convocada por la Federación de Sindicatos de Transportes y Comunicaciones (Fectrans) con el propósito de mostrar el rechazo de los trabajadores a nuevos recortes en sus salarios y a cualquier intento de privatización de la empresa.

El Gobierno conservador luso confía en lanzar ya en las próximas semanas el concurso de concesión de la compañía, de la que quiere desprenderse por su elevado nivel de deuda.

Los trabajadores del metropolitano lisboeta, por su parte, se han manifestado periódicamente durante los últimos años contra las políticas de ajuste del actual Ejecutivo.

La huelga en el servicio suburbano llevó también a la empresa de autobuses urbanos Carris a reforzar algunas de sus líneas para compensar la ausencia de convoyes.

Portavoces sindicales señalaron que la adhesión a la huelga parcial de hoy fue "elevada", sin dar cifras concretas, mientras que desde la compañía pidieron disculpas a sus clientes.

El metro de Lisboa transporta diariamente a medio millón de personas, según sus propios cálculos.