En plena ebullición del conflicto en Xinjiang (noroeste) entre la población "uigur", de religión musulmana, y la mayoritaria "han", un condado de la región ha tomado la iniciativa de ofrecer una compensación económica a los matrimonios interraciales para restablecer la paz y la armonía.

Siempre y cuando, eso sí, demuestren cinco años después de la unión conyugal que ésta se mantiene "armoniosa". Esa es la principal condición que impone el condado de Qiemo, también conocido como Qargan, a las parejas "uigur" y "han" que registren su casamiento.

Otra, que el enlace se haya celebrado después del pasado agosto, cuando entró en vigor la normativa, confirmada por las autoridades locales y que aparece en la página web del gobierno de Qiemo, donde se especifica que las parejas de esas características podrán recibir 10.000 yuanes (1.600 dólares) al año.

Aunque a simple vista no parezca una cantidad desorbitada, sí lo puede resultar para algunos habitantes de la zona, situada al sur de Xinjiang, en la vieja ruta meridional de la seda, donde la media de la renta anual rural es de 7.400 yuanes (poco más de 1.200 dólares).

Si ese estipendio no resulta suficiente incentivo para aquellos en edad casadera -y de etnia adecuada-, las autoridades añaden que, mientras los futuros hijos de los "enamorados" estudien en el condado, su educación será gratuita hasta que lleguen a la etapa de secundaria.

A partir de entonces, se les ayudará con subsidios de 3.000 yuanes anuales (488 dólares) por vástago, y hasta 5.000 (814 dólares) al año si llegan a matricularse en universidades de la región.

Como colofón del regalo de bodas, en caso de que uno de los dos no tenga empleo -dependiendo de su nivel, dice la web oficial, sin especificar más-, se le buscará y, a los tres años de la boda, podrán tener "compensaciones" en el alojamiento y la atención médica.

Así, nido de amor y sueldo mediante, la medida está enfocada en persuadir, sobre todo a los "uigures", de contraer matrimonio con los "han", ya que, de los alrededor de 100.000 habitantes registrados en el censo local, más de un 72 % pertenecen al primer grupo y el cortejo suele ser básicamente endogámico en ambas comunidades.

¿Pero por qué ese empeño de las autoridades en alzarse como peculiares celestinas?

Un funcionario del condado publicaba recientemente en un diario local, texto que aparece en internet, que "las diferentes etnias compartimos el mismo cielo, la misma tierra y el mismo amor en el corazón. El matrimonio entre diferentes etnias es una manera para el estudio, el respeto y la promoción mutua".

"Nuestro mayor objetivo es estabilizar Xinjiang y promover la integración étnica", añade el artículo.

No obstante, la estabilidad en la región parece un asunto más complejo de solucionar que mediante bodas amañadas, después de un año de tensiones exacerbadas que han dejado más de cien muertos debido a enfrentamientos entre "uigures" y la policía o por "ataques terroristas".

Esa es la versión del Gobierno central, que arguye que las tensiones se deben al ánimo separatista de fuerzas terroristas de Xinjiang, influidas por yihadistas de países vecinos, mientras grupos "uigures" en el exilio achacan las tensiones a la opresión política y cultural a la que les somete Pekín.

Ante esa situación, la medida corre el riesgo de ser interpretada como un intento de asimilación "uigur" en la cultura "han"- la definida "hanización" por algunos expertos-, sobre todo por ser una de las pocas zonas de Xinjiang en las que la población de esa etnia, emparentada con pueblos de Asia central, supera a la mayoritaria china.

Esto es resultado, en parte, de décadas de políticas masivas de emigración "han" a Xinjiang que favorecieron que el pueblo "uigur" sea "la etnia del planeta donde más desempleo hay, hasta el 60 %", según llegó a denunciar el intelectual "uigur" Ilham Tohti, en prisión desde hace meses acusado de separatismo por Pekín.

Por esas y otras circunstancias, Dilxat Raxit, miembro del Congreso Mundial Uigur en el exilio, decía la semana pasada a Radio Free Asia que "el gobierno de Qiemo está utilizando recompensas para intentar acelerar la asimilación de los ''uigures''".

"Nuestra cultura es diferente de la "han" en todos los aspectos", remarcaba.

Sin que se sepa aún si en el pasado mes hay nuevos matrimonios interraciales registrados en el condado, falta por ver cuál es el resultado de la voluntad de alcahueta de las autoridades, y cerciorarse de que las pretendidas bodas de "raza" no se tornen en las de "sangre" lorquianas.