El presidente de EEUU, Barack Obama, criticó ayer tanto los saqueos como el "uso excesivo de fuerza policial" en la localidad de Ferguson, tras la cuarta noche de disturbios por la muerte de un joven negro por la policía, que ha puesto de manifiesto la tensión racial en la localidad.

"Estamos profundamente preocupados por la violencia", señaló Obama en una breve comparecencia ante la prensa en medio de sus vacaciones: "Nuestro propósito ahora es que se mantenga la seguridad ciudadana sin que ello infrinja el derecho de los ciudadanos a expresarse", agregó.

En Ferguson, la senadora demócrata de Misuri Claire McCaskill recibió una ovación del público en la Iglesia Unida de Cristo Rey, cuando pidió ayer la "desmilitarización de la respuesta policial" a las manifestaciones ciudadanas.

El gobernador del estado donde se encuentra Ferguson, Misuri, Jay Nixon, que habló después que la senadora, prometió a los vecinos hacer los "cambios operativos" necesarios para restablecer la calma en la localidad.

Los dirigentes cívicos y religiosos de la comunidad negra de Ferguson, mayoritaria en ese municipio situado a 20 kilómetros de la capital, Saint Louis, han criticado lo que han calificado como "respuesta militarizada" policial, que ha incluido agentes con uniforme de combate, chalecos antibala y armados con fusiles automáticos, e incluso una tanqueta blindada.

Nixon suspendió la visita a la Feria Estatal de Misuri que tenía programada después de que, durante la noche, la policía disparase gases lacrimógenos y balas de goma contra los manifestantes, en la cuarta noche consecutiva en la que se registran incidentes.