Cuatro civiles murieron al explotar un artefacto improvisado al paso del vehículo en el que viajaban en la provincia de Helmand, en el sur de Afganistán, informó una fuente oficial.

La explosión ocurrió ayer por la tarde en el distrito de Khanshin y en la misma murieron el conductor de la furgoneta y tres pasajeros, dijo Omar Zwak, portavoz del Gobierno de Helmand, una de las provincias con mayor presencia insurgente.

Las minas y los artefactos explosivos improvisados (IED, siglas en inglés) son, junto a los atentados suicidas, los métodos más recurrentes de los talibanes para golpear a las fuerzas afganas e internacionales, aunque en la práctica causan un elevado número de víctimas civiles.

En los seis primeros meses de este año, en Afganistán perdieron la vida 1.564 civiles, un 17 % más que en la primera mitad de 2013, mientras que los heridos fueron 3.289, un 28 % más.

Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas después de que el año pasado las fuerzas de seguridad afganas se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de la ISAF, que culminará definitivamente a finales de este año.

A pesar de la retirada de la OTAN, Estados Unidos ha anunciado que mantendrá a unos 9.800 soldados en territorio afgano hasta finales de 2016.