Miles de personas se congregaron ayer en el barrio de Suafat, en Jerusalén este, para asistir al entierro del joven palestino asesinado el pasado miércoles, víctima de una supuesta venganza de radicales judíos.

Al grito de "la sangre de los mártires nos redimirá" y en un ambiente de tensión, jóvenes enmascarados, ancianos, mujeres y niños del barrio palestino rindieron homenaje a Mohamed Abu Khder, de 16 años, cuyo cadáver apareció quemado y con signos de violencia en un bosque de Jerusalén.

Desde que fue descubierto el cuerpo, más de 300 personas han resultado heridas en los enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí en varias zonas de Jerusalén, cuya población árabe celebró ayer el primer viernes del mes de Ramadán.

"Haremos pagar a Israel por esto. La sangre de los mártires no es baldía", explicó Mohamed Alfadi, un joven de este barrio palestino próximo al casco antiguo de Jerusalén.

La procesión fúnebre comenzó poco después de la oración del viernes en una mezquita abarrotada del barrio jerosolimitano, donde era latente la ira y el dolor de los asistentes por la muerte del joven, cuyas fotos flanqueaban ambos lados del templo.