La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que consiste en la aparición de lesiones focales en la sustancia blanca, denominadas placas, en las que destaca una pérdida de mielina y un grado variable de destrucción axonal. Es la enfermedad neurológica crónica más frecuente, y también la causa de discapacidad neurológica más frecuente en adultos jóvenes. En las últimas décadas, la cifra de afectados se ha multiplicado por dos, debido en parte al avance que se ha producido en las técnicas diagnósticas y al hecho de que los pacientes acuden a la consulta al empezar a notar los síntomas. a incidencia es variable con una media de 2-4 casos por 100.000 personas anual. a prevalencia también es muy variable, con cifras entre 20 y 40 casos por 100.000 habitantes. a relación mujer-hombre oscila entre 2 y 4.

a etiología es desconocida pero se estima que la EM se produce en individuos genéticamente predispuestos, sobre los que actúa un factor ambiental desconocido, posiblemente una infección que pone en marcha una compleja respuesta inmunitaria anormal. Se han propuesto varios agentes infecciosos como candidatos, tanto virus como bacterias.

os síntomas de la EM son muy variables dependiendo del lugar donde aparezca la lesión. No obstante, la alteración de la sensibilidad (45%), dificultad para coordinar los movimientos (40%) y trastornos visuales (20%) suelen ser los primeros en manifestarse. Aunque la expectativa de vida de estos pacientes apenas se ve modificada por la enfermedad, no ocurre lo mismo con su calidad de vida ya que, y más sin el tratamiento adecuado, la esclerosis múltiple puede generar en los pacientes un alto grado de discapacidad. De hecho es, tras los accidentes de tráfico, la segunda causa de discapacidad del adulto joven español.

No existe ningún marcador patognomónico de la enfermedad. El diagnóstico sigue siendo clínico pero se utiliza el apoyo de la resonancia magnética (RM) para demostrar dispersión espacial y temporal cuando los datos clínicos son insuficientes. Otras exploraciones complementarias se realizan para apoyar el diagnóstico de EM y excluir otras entidades.

Antes de iniciar el tratamiento el paciente debe ser informado de la naturaleza de la enfermedad, así como de las diversas posibilidades evolutivas y terapéuticas. Debemos diferenciar dos tipos de tratamiento. El tratamiento de los brotes y los tratamientos que modifican la evolución de la enfermedad. Es alentador que en los últimos años se ha dado un fuerte impulso a la investigación de la EM. Aún no está claras las causas que la producen y aún queda mucho camino que recorrer, pero los nuevos tratamientos que han surgido recientemente, los que se aprobarán en breve y las esperanzas que tiene la comunidad científica sobre la investigación en fármacos neuroprotectores o terapias con células madre hacen que cada vez seamos más optimistas respecto al tratamiento futuro de la esclerosis múltiple.

Otros aspectos del tratamiento son la rehabilitación y el tratamiento sintomático. a realización de terapia física y el ejercicio es beneficioso y debe ser adaptada a los déficits existentes. En algunos casos será adecuado añadir terapia ocupacional, adaptación del entorno y ortesis específicas. a actividad física apropiada a la situación de cada paciente es recomendable, asícomo la práctica de deporte sin sobreesfuerzo excesivo

Un aspecto fundamental es hacerle entender al enfermo la incertidumbre respecto al pronóstico. Pero debemos alentar y ser moderadamente optimistas si la situación clínica lo permite, pues alrededor del 30% de los pacientes realizan una vida normal tras 10-15 años de diagnóstico y sólo una minoría de pacientes presentan formas agresivas. Sin olvidar que el curso de la enfermedad puede ser prolongado, incluso más de 30 años.

Como conclusión, no olvidemos que las asociaciones de EM de España creen imprescindible cuatro puntos: garantizar el acceso a tratamientos con el fin de detener la progresión de la enfermedad; defender los derechos de las personas con EM insistiendo en el reconocimiento en el baremo de discapacidad del 33% con el diagnóstico; apoyar la investigación de la EM y, finalmente, ofrecer servicios de información, asesoramiento y rehabilitación a las personas afectadas.

*Doctor en Medicina