El jefe de las Fuerzas Especiales libias, Wanis Abu Hamada, anunció hoy desde Bengasi su ingreso en las filas encabezadas por el general rebelde Jalifa Hafter, acusado por el Gobierno de Trípoli de golpista.

En una rueda de prensa televisada, Abu Hamada aseguró que se une a la "operación Al Karama (dignidad)", lanzada por Hafter el pasado viernes contra varias milicias armadas de Bengasi, la segunda ciudad del país.

Según Abu Hamada, quien subrayó que las Fuerzas Especiales están "con el pueblo y con la Batalla de la Dignidad", el objetivo de dicha operación es combatir el fenómeno de "los grupos armados takfiríes", extremistas islámicos que consideran apóstatas al resto de creyentes.

El viernes pasado, el general retirado Jalifa Hafter, que participó en 2011 en el levantamiento popular armado contra la dictadura de Muamar al Gadafi, asaltó los cuarteles de varias milicias en Bengasi antes de retirarse a tres barrios de las afueras de la ciudad.

En los combates, en los que participaron aviones y helicópteros y se empleó artillería pesada, al menos 70 personas murieron y 141 resultaron heridos.

Tras los enfrentamientos, las fuerzas de Hafter se acantonaron en tres barrios de las afueras de la ciudad, donde mantienen sus posiciones.

El anuncio de Abu Hamada se ha producido en un contexto de informaciones y desmentidos sobre supuestas adhesiones a las fuerzas del general rebelde, que ya en febrero fue acusado de golpista tras proponer la disolución del Parlamento.

El viceministro de Defensa, Jaled Sharif, salió hoy al paso de un anuncio realizado por el portavoz de Hafter, Mohamed al Hiyazi, quien había asegurado que la base aérea de Tobruk, la mayor del este del país, se había unido a las fuerzas rebeldes.

"La información es falsa, el jefe de la base área de Tobruk ha confirmado su compromiso con la legitimidad y con el Estado Mayor del Ejército", dijo Sharif a Efe.

La situación en la capital, donde ayer dos milicias de la ciudad de Zintán pertenecientes a la guardia fronteriza asaltaron el Parlamento antes de retirarse a sus acuartelamientos, continúa tensa y confusa.

Ante la precipitación de los acontecimientos, el Gobierno ha propuesto al Parlamento avanzar hacia un consenso nacional entrando en contacto con todos los grupos armados y celebrar elecciones antes del 15 de agosto.