El Ministerio británico de Exteriores convocó hoy al encargado de negocios de Sudán, Bukhari Afandi, para expresarle la preocupación del Gobierno por la condena a muerte de una joven embarazada por convertirse al cristianismo.

A petición del ministro de Exteriores, William Hague, el director de política de esa cartera, Simon Gass, convocó a Afandi para expresarle la necesidad de que Sudán respete las obligaciones internacionales en materia de libertad religiosa tras el caso de Mariam Ishaq, condenada a muerte, informó el Foreign Office.

El director de política le manifestó al diplomático sudanés la "profunda preocupación" de Londres por la decisión de condenar a la joven de 27 años y le urgió que solicitase a su Gobierno que haga todo lo posible por revertir la decisión del tribunal.

Tras ser declarada culpable de apostasía el 15 de mayo, el secretario de Estado para África, Mark Simmonds, calificó la condena de "bárbara" y pidió a Sudán que respete la liberad religiosa.

La mujer condenada está embarazada de ocho meses y tiene otro hijo de dos años.