La ofensiva de las tropas ucranianas sobre Slaviansk y Kramatorsk, baluartes de los separatistas prorrusos, quedó ayer en suspenso, pero persiste el temor entre la población rusohablante a que el Gobierno de Ucrania amplíe sus acciones militares a otras ciudades. "Simplemente, déjennos separarnos de manera pacífica. Queremos separarnos. Queremos vivir por nuestra cuenta. Que dejen ya de una vez por todas de abusar de nosotros y decirnos lo que tenemos que hacer", declaró una residente de Konstantínovka, región de Donetsk.

Esta ciudad, de casi 60.000 habitantes a unos 40 kilómetros al Sur de Kramatorsk, podría ser el próximo objetivo de la "operación antiterrorista" lanzada por Kiev.

Con lágrimas en los ojos, la mujer confesó que teme por la vida de sus hijos y aseguró que todos los milicianos que defienden las barricadas son locales.

"Es cierto que Rusia no nos prometió nada, pero nos ha dejado abandonados a nuestra propia suerte", se lamentó una mujer.

Un millar de personas atacaron ayer la sede del Ministerio del Interior en Odessa para exigir la liberación de los prorrusos detenidos tras los enfrentamientos que costaron el viernes la vida a 46 personas en esa ciudad (mar Negro).

Mientras, en Donetsk, la capital de la región sublevada, los líderes de la autoproclamada República Popular de Donetsk continúan los preparativos para el referéndum de autodeterminación que han convocado para el próximo día 11. "¿Apoya usted el acta de autonomía estatal de la República Popular de Donetsk?", reza la pregunta de la consulta, declarada ilegal por las autoridades de Kiev.

El centro de prensa de los prorrusos ha acreditado ya a cerca de 200 periodistas.

La noticia de que la policía ucraniana liberó a 67 detenidos en los disturbios del viernes pasado en Odessa (mar Negro), en los que perdieron la vida cerca de medio centenar de personas, fue recibida con gritos de júbilo por los asistentes al mitin permanente junto a la sede gubernamental, convertida en el cuartel general de los prorrusos.

La Fiscalía regional de Odessa decidió poner en libertad a los participantes en los desórdenes "por exigencia de los manifestantes", según un comunicado policial.

Los prorrusos liberados fueron recibidos por familiares, amigos y simpatizantes concentrados en el patio interior del edificio al grito de "Odessa, ciudad rusa".

El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, inició conversaciones con sus homólogos de Estados Unidos, John Kerry, y de Rusia, Serguéi Lavrov para organizar una nueva reunión internacional en Ginebra ante la escalada de la violencia en el este de Ucrania. El ministro alemán apostó por reforzar el papel de la OSCE en el conflicto.