Las autoridades ucranianas amenazaron ayer con usar toda la fuerza que les permite la ley antiterrorista si los manifestantes prorrusos no desalojan los edificios gubernamentales que mantienen ocupados en Donetsk y Lugansk, en el sureste del país.

"Si no encontramos la forma de arreglar la situación por la vía pacífica, actuaremos de acuerdo a la ley antiterrorista", aseguró el jefe del gabinete del presidente de Ucrania, Serguéi Páshinski.

Al amenazar con la fuerza, Ucrania desoyó la advertencia que le hizo ayer la Cancillería rusa, que en un comunicado le instó a "poner fin de inmediato a todo tipo de preparativos militares" para contener las protestas prorrusas, pues "podrían conducir al estallido de una guerra civil".

Los activistas prorrusos controlan desde hace dos días la sede del Gobierno regional en Donetsk y la oficina del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, antiguo KGB) en Lugansk. En este último edificio, los ocupantes "han plantado minas y mantienen a unos 60 ciudadanos como rehenes, a los que no dejan salir para regresar a sus casas", denunció el SBU en un comunicado.

Las fuerzas de seguridad de Ucrania se preparan para lanzar una operación especial y desalojar por la fuerza a los separatistas, que no ocultan su deseo de que las dos regiones se incorporen a Rusia como ya hizo la península de Crimea.

El presidente interino del país, Alexandr Turchínov, ya advirtió el lunes de que se adoptarían medidas antiterroristas contra los manifestantes que han tomado las armas.

Por otra parte, Ucrania respondió ayer positivamente a la propuesta rusa de iniciar un diálogo sobre la crisis que vive el país a condición de que Rusia alivie la tensión que causan sus partidarios en el sureste ucraniano y deje de intervenir en sus asuntos internos.