El primer ministro griego, Andonis Samarás, y la cúpula de la Unión Europea inauguran hoy en Atenas oficialmente la presidencia helena de la UE en medio de draconianas medidas de seguridad, que han convertido esta capital en una fortaleza.

Unos 2.000 agentes de policía, francotiradores y helicópteros velarán por la seguridad durante toda esta jornada, en la que se ha suspendido el derecho a manifestación en un amplio área del centro de la capital para evitar altercados y también en las avenidas que comunican el centro con el aeropuerto.

En un encuentro con corresponsales extranjeros, el ministro de Asuntos Exteriores, Evángelos Venizelos, defendió hoy las estrictas medidas de seguridad.

"Los ciudadanos pueden expresar sus puntos de vista de forma dinámica, pero también tenemos la obligación de proteger", dijo Venizelos, aludiendo que hay dignatarios extranjeros y que por eso se refuerzan las medidas de seguridad.

La presidencia griega estará marcada por una serie de limitaciones, como la presencia casi permanente de la troika de acreedores o un calendario electoral, con los comicios a la Eurocámara de mayo, que acortará de facto la agenda de trabajo.

Pese a todo, Atenas ha diseñado una agenda ambiciosa formada por cuatro pilares, todos de gran importancia para los países del sur de Europa, y en los que espera avances sustanciales: crecimiento y empleo; unión bancaria; política de inmigración, y una estrategia marítima común.

Grecia espera dar un impulso palpable a los programas de lucha contra el desempleo juvenil, una de las principales lacras del sur europeo, que en Grecia afecta al 60 % de los menos de 25 años.

Además, confía en avanzar en el proyecto de la unión bancaria, con la vista puesta sobre todo en mecanismos que sirvan para superar el fuerte diferencial que hay entre el norte y el sur en el coste del crédito y mejorar así la liquidez de las pymes.