El presidente ruso, Vladimir Putin, visitó ayer en la localidad de Volgogrado, en el sur de Rusia, a varias de las personas que resultaron heridas en los atentados terroristas perpetrados por suicidas el domingo y el lunes y que han acabado con la vida de al menos 34 personas. Putin llegó en avión poco antes del amanecer a Volgogrado, tras prometer en uno de sus discursos de Año Nuevo "aniquilar" a los terroristas.

"No importa lo que motive a los criminales, no puede haber justificación para los crímenes contra civiles, particularmente contra mujeres y niños", afirmó ayer Putin, en un discurso televisado al inicio de una reunión con altos cargos de seguridad.

"La vileza del crimen o crímenes cometidos aquí, en Volgogrado, no necesita más comentarios", aseguró el mandatario, en una visita muy controlada. Dos atentados perpetrados por suicidas el domingo y el lunes contra una estación ferroviaria y un trolebús en Volgogrado acabaron con la vida de al menos 34 personas y han dejado decenas de personas heridas.

Putin se puso una bata blanca del hospital para visitar a los heridos ingresados y dejó rosas rojas en el lugar de la explosión del trolebús.

Los atentados han hecho emerger el temor a nuevos ataques antes de que Rusia acoja los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, a orillas del mar Negro, situada a unos 690 kilómetros al suroeste de Volgogrado.

Aunque nadie se ha atribuido la responsabilidad, los ataques han puesto en evidencia la vulnerabilidad de Rusia hacia la insurgencia más de una década después de que expulsara a los separatistas del poder en la provincia de Chechenia, en el Cáucaso Norte, en el primer periodo de Vladimir Putin en el poder.

"Estoy seguro de que seguiremos la lucha contra los terroristas con fiereza y consistencia, hasta su completa aniquilación", afirmó Putin en su discurso de Año Nuevo televisado.